Historias del box

AutorAndrés de Luna

Estados Unidos era el país en el que los sueños de libertad se cumplían y los desposeídos llegaban a tener riquezas. El "american dream" era extensivo a los inmigrantes. La sombra mayor, entre otras que merodeaban a esa nación, era la discriminación racial. Universos paralelos, el de los blancos y el de los negros, fue uno de los horrores que ni Abraham Lincoln pudo remediar. Vergüenza indudable, el acto racista se convirtió en realidad cotidiana, tan es así que en el mundo del boxeo se reflejaba con amplitud un hecho por demás insólito. En los inicios del siglo XX, el peleador negro Jack Johnson (1878-1946), El Gigante de Galveston, se vio involucrado en actitudes que rondaron lo extradeportivo y cayeron en el terreno de la política. Así, en 1905, luego de un combate que ganara con amplitud al peleador blanco Marvin Hart, los jueces decretaron el triunfo para un boxeador de aspecto lastimoso que ostentaría el título mundial de los pesos pesados. Era difícil que un hombre negro fuera el número uno. Pero las actitudes racistas se multiplicaron al correr el siglo anterior, entonces el infortunio cayó sobre los alemanes que habitaban en Estados Unidos, uno de ellos el campeón Max Schmeling.

A él se le descartó para combatir por el título mundial, tuvo que pasar por un largo proceso para que fuera inminente que luchara por ser el campeón de los pesos pesados. En 1930 el púgil germano obtuvo el título al noquear en el cuarto asalto a Jack Sharkey. Entre la corrupción y el racismo, la Comisión de Box de Nueva York buscó por...

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