Una historia musical viva

AutorRicardo Pohlenz

Según confiesa Martin Scorcese, el imaginario que definió su primera película, Calles Peligrosas (1973), surge de haber escuchado reiteradamente Jumpin' Jack Flash de los Stones (rola incluida en el sanquintín multicultural del soundtrack). Se trata de una declaración de afinidades, exhibida impunemente, no mucho después de empezado su Shine a Light, documental donde captura la experiencia viva de un concierto de los Stones. En la necesidad minuciosa de confirmaciones de la que se vale este reino de las apariencias, lo primero que se ve a cuadro es la discusión de los preparativos de producción, el cuidado para la veracidad del momento: el emplazamiento de las cámaras, las luces y, por supuesto, los músicos. Se trata de un acontecimiento tan social como político: Mick Jagger (en calidad de productor) lleva años con Scorcese preparando este evento (se trata de un evento). Se sobreentiende que cada uno conoce su negocio. La fotografía estuvo a cargo de Robert Richardson (que ya había trabajado antes para Scorcese, igual que para Tarantino y Stone, entre otros) y reclutaron para las cámaras a algunos de los mejores operadores. Se tomó como oportunidad y pretexto el concierto de caridad con los Stones organizado en octubre de 2006 por el ex-presidente Bill Clinton en el Beacon Theater de Nueva York. No se trata de un lugar demasiado grande y no se puede hablar de la experiencia masiva típica. El concierto fue planeado con la naturalidad...

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