Una historia maternal

AutorCarolina Martínez

Con un personaje principal más humano que nunca y una cinta con múltiples tintes autobiográficos, Guillermo del Toro decidió llenar Hellboy II con símbolos que tal vez no se esperarían en una épica de súper héroes: la maternidad.

"La película trata del momento en que Hellboy tiene que volverse padre, entonces lo que quería yo era que no se hablara del asunto (...), en el momento en que te enteras que Liz (Selma Blair) está embarazada, empiezan los símbolos de fertilidad, de bebés... y Hellboy ¡no está enterado!", explicó Del Toro ayer, en su visita a Guadalajara.

"Visualmente, cuando la pared explota junto a Liz, explota en forma de embarazo, las curvas que se forman son como de trompas de falopio, el 'elemental' (personaje fantástico en forma de embrión) es chiquito, Hellboy tiene que cargar al bebé, el arma se llama Big Baby, aplasta a las hadas con una diosa de la fertilidad; todo es parte del juego de la película, que este pobre hombre es el último en enterarse".

Así, el personaje ha tomado tintes más terrenales, como explicó su protagonista, quien, a pesar del cansancio del proceso de filmación, debido a las largas horas y el extenso maquillaje, no puede sino adorarlo, y a su director también.

"Toda la personalidad de Hellboy es creada por Guillermo, porque en el cómic el personaje tiene sólo dos dimensiones, él tuvo que darle humanidad, lo divertido de hacer este personaje es que siempre lo "interpretamos" juntos, como soy el actor, soy el que ves como Hellboy, pero es una creación mutua", explicó el intérprete de Hellboy, Ron Perlman.

Así la cinta que se estrenará en la Ciudad el 11 de julio, se llenó de momentos que se relacionan directamente con la vida de Del Toro, como la relación amorosa de sus protagonistas y su propio matrimonio, lo que de alguna manera lo vulneró, pero no totalmente, como explicó.

"Yo detesto enseñar las películas, lo detesto, me encantaría hacer las películas, que me pusieran una inyección en la nuca, caer desmayado cinco meses y que me dijeran 'mira, la crítica te puso de la chingada, hizo tanto en taquilla'... me encantaría no estar ahí (...) pero así como en la antigüedad era un acto de magia nunca dar tu nombre, porque en tu nombre estabas contenido tú, de la misma manera, creo que hay secretos que te contienen y que no le pertenecen a nadie más que a ti...

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