El hijo pródigo regresó a Foxborough y derrotó a los Patriots

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 3 (EL UNIVERSAL).- La imagen hubiera parecido la misma de siempre, de no ser por un detalle. Tom Brady levantó los brazos, mientras la lluvia caía sobre su casco en el estadio Gillette, pero esta vez no lo hizo con el uniforme de los Patriots de Nueva Inglaterra, sino con el de los Buccaneers de Tampa Bay.

Eso explicó la desazón de la multitud. Bill Belichick se las ingenió para que el exequipo de TB12 diera pelea. El problema es que la buena estrella siempre ha alumbrado al mejor quarterback de todos los tiempos, quien sumó a sus muy queridos Patriots en la colección de conjuntos a los que ha derrotado. De hecho, la ajustada victoria de anoche (19-17) le permite tener al menos un éxito sobre todas las franquicias de la Liga.

Velada especial para Brady, quien volverá a Florida con...

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