El Hijo Desobediente / Percepciones callejerasà

En los púlpitos del poder, no se habría de desestimar lo que acá, en la calle, se perciba; dado el caso de que, quizá, sea lo queà es.

Y parte de lo que acá se percibe con toda claridad (se avisa a quien avisado quiera estar) es que la del 2 de julio no culminará como una contienda entre 3 candidatos; sí una entre 2.

Decir pues, que la presidencia de la República es para efectos reales disputada solamente entre Vicente Fox y Francisco Labastida, no es una especulación. Estamos, así, ante una moneda que como todas, tiene dos y nada más que dos lados.

Lo que todavía cabe como especulación, es lo que acá, en la calle, se ve venir. Cuando menos, a partir de las transmisiones que radio y televisión ofrecen de actos públicos, de ambos. Transmisiones que exhiben la fuerza tomada por uno, y la mediocridad estableà sostenida por el otro.

Y es que cuando alguien pierde la confianza de los demás, no puede evitar la calidad de pobre. Y de poquito. Y a Labastida se le advierte pobre. Y poquito.

Este jijo deà sobediente, negándose a ser cruel (lo más que se puede), prefiere entonces ñy en estos casos- tener, si no compasión, sí lástima.

Se lee en los periódicos, que el tiempo de Labastida, se consume, por ejemplo, en especificarle a sus acarreados (que quizá los haya) y a sus seguidores (que quizá los haya), que no deben recibirlo con la 'v' de la victoria; y en esclarecerles, el porqué. Para inmediatamente después solicitarles en sustitución, el alzamiento de un dedo pulgar. Explicando, desde luego, porqué.

La cosa es delicada, cuando nos damos por enterados de que con un 'pendejos', pretende levantar la campaña, quien 'pendejos' no sabe...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR