El Hijo Desobediente / De lo que hablaremos mañana...

Pero antes, te diré lector/a que el día, 2 de julio, se presta para abundar en un par de efemérides. Empecemos por los Hemingway... de cualquier pretexto me pesco para hablar de Ernest Hemingway, que es algo más que un premio Nobel. Es el escritor que por haber escrito una novela muy muy cortita, fue con ese 'aliciente' el autor de la primera que leí: "El viejo y el mar". Nomás. Y pasó lo que tenía que pasar y le agarré el gusto al asunto de la lectura, que según nos han acostumbrado en mi país, viene a a ser el castigo impuesto a los niños que se portan mal: leen tal libro en dos días y traen un resumen si quieren derecho a examen. Por eso me gusta hablar de Hemingway, que es algo más que un premio Nobel. Un tipo muy vinculado al periodismo de guerra y a Cuba y a los toros y al vino y a las mujeres. También a las armas, para su mal. Así, cuando la vida ya le estaba pasando la factura de los excesos, un día como hoy pero de 1961, tomo una de las escopetas que usaba para practicar la cacería, decidiendo que su próximo trofeo lo sería... él mismo. Puso la boca a boca la del arma con la de él y tirando del gatillo se dio un último... beso.

Fatalidades... 30 años antes, su padre también se había suicidado... fatalidades... hace justo 3 años, también un 2 de julio, su nieta Margaux -modelo y actriz- siguió con la suicida tradición y, apareció muerta pues en su casa de California.

Hemingway me es para los Estados Unidos, lo que Luis Spota para México: ese tipo de escritor que no tuvo más estilo que el de transportar con todos sus olores y sabores cualquier realidad a...

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