El Hijo Desobediente / El desencanto de Fox

... qué dura es esta cosa de dejar de creer.

Ello cuando volver a creer en alguien, implica, que en algún momento ya se ha dejado de creer, en alguien. Y es el caso respecto, digamos, por ejemplo, de Vicente Fox.

Equivocarse y avergonzarse, afortunadamente son verbos distintos y que no necesariamente han de caminar de la mano. Y este jijo de... sobediente, comparte contigo, lector/a, el reconocimiento personal de una equivocación. Reconocimiento que está a tiempo de evitarse la carga en los lomos, de la vergüenza.

O lo que es lo mismo, sin que nadie me hubiese encuestado, confieso que, en algún momento conformé parte de esas estadísticas que, en algún momento, otorgaron a Vicente Fox la certera ventaja en esta carrera que por trofeo otorgará el 2 de julio más próximo, una banda, una silla y un sueldo presidenciales.

Y, sin que al momento de escribir estas líneas nadie todavía me haya detenido en la calle o me haya llamado telefónicamente para sondear mis preferencias electorales, conformo ahora parte de esas estadísticas que restan a Fox probabilidades de ser el próximo presidente de mi país.

Cuando eso, no es lo importante. Ni para él, ni para las encuestas, ni para el contenido que muy pronto habrá en unas urnas. Dado que mi irreverente voto no será el determinante.

Como si lo es, el de las mujeres mexicanas. Esas en quienes está constituido el fiel de la balanza. Esas que en existencia física y en influencia familiar, son mayoría absoluta en esta nación. Y ello... ello sí es trascendente. Así tiene que serlo... para...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR