El Hijo Desobediente / La autoridad secuestra...

... coches. La turística Zona Rosa va tomando su fama por épocas, dependiendo de lo que más se destaque en sus calles. Por ejemplo, en alguna época se distinguieron las galerías de arte o en alguna otra por sus librerías o en otra por sus restaurantes o por sus platerías o por sus cafés o por haberse concentrado ahí los más lujosos hoteles en algún tiempo o desde luego, por sus antros.

Más recientemente los parquímetros se han encargado de ser quienes distingan al barrio turístico capitalino. Más específicamente, esas famosas pinzas inmovilizadoras de coches (ideadas al parecer en los campos de concentración nazi y puestas en práctica 55 años después en la Zona Rosa de la ciudad de México), y que con la ley en la mano aplican las actuales autoridades de vialidad cuando el parquímetro anuncia con un foquito rojo que las monedas se han acabado.

Los ciudadanos han reprobado de siempre la opresiva acción, es decir, el reclamo se hizo a los anteriores gobiernos capitalinos. Nomás no se ha dado marcha atrás.

Haciendo un gran esfuerzo por ser respetuoso y sin ironías de por medio, diré que me parece exagerada la maniobra, cuando civilizadamente existe el sistema de multas, aplicable a quien comete una infracción.

El infractor que llega y encuentra su coche amarrado, para empezar llegará tarde a la cita que traiga por delante, irá a pagar la infracción para luego esperar hasta que buenamente aparezca el carcelero vial que 'desespose' al carro, mismo que para entonces ha recibido ya sendo cristalazo y el robo de su respectivo radio y/o llanta de refacción y/o espejos laterales y/o tapones y/o parrilla y/o calaveras. Y por ello suele no responder esa misma autoridad que...

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