Hidalgo y Madero [Un diálogo sobrenatural]
| Autor | Luis Martín |
(Hidalgo y Madero dialogan en una mesa oval. El fondo de la escena es en cámara negra. Hay una iluminación profusa en la mesa y casi centellante sobre las figuras de los dos próceres).
MADERO.- Padre Hidalgo, es para mi persona un grato honor el que usted haya aceptado esta invitación para dialogar con motivo de esta celebración histórica.
HIDALGO.- Francisco, vamos a partir el turrón. Por favor, llámeme Miguel. Dejé de ser cura desde el momento que empuñé las armas en Dolores.
M.- De acuerdo... don Miguel... aunque sinceramente, le digo que me siento extraño, me cohíbo un poco tuteando al Padre de la Patria.
H.- Esa costumbre de llamarme Padre de la Patria viene de la tendencia de la historiografía universal del siglo 19, que transformaba a los protagonistas en héroes y nos personificaba como hombres ideales.
M.- Tiene usted razón, don Miguel. Y quiero agregar, además, que esa tendencia ha tergiversado la perspectiva del pueblo hacia los promotores del cambio social. Para la colectividad, dejamos de ser humanos y pasamos a convertirnos en seres comparables a dioses mitológicos (ambos esbozan ligeras sonrisas).
H.- Francisco, quiero reiterarle mi agradecimiento por haberme convocado para reunirnos hoy, dialogar y tener un intercambio de ideas, aunque debo confesarle algo...
M.- Dígame, don Miguel.
H.- Fíjese que me siento un poco fuera de lugar a través de esta sesión... (duda un poco) ¿espiritista? Así me dijo que se llamaba, ¿verdad? Y es que en mi tiempo, al menos en México, aún no se experimentaba este tipo de comunicación con los seres finados.
M.- Lo comprendo, don Miguel, y debo decirle que para mí fue toda una experiencia conocer esta filosofía. Me interesé en el espiritismo leyendo a Alan Kardec durante mi estancia en París, y fue también allí en los círculos espiritistas parisinos donde descubrí mi facultad de médium escribiente. Este tipo de comunicación me hizo comprender la parte moral de la filosofía espiritista para transformarme y de ser un joven libertino e inútil para la sociedad pasé a ser un hombre de familia, honrado y preocupado por el bien de su patria.
H.- Bueno, Francisco, y este proceso de hallazgo, o más bien de transformación, que usted experimentó al encontrar una misión en la vida, ¿se dio inmediatamente al tener su primera experiencia espiritista?
M.- Fue paulatino, pues de acuerdo a Kardec, todos somos la suma de aquello que hemos sido, lo que hemos hecho o pensado en vidas anteriores, y todo el proceso, otra...
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