La herida que no cierra

AutorDaniel de la Fuente

Acinco años, ni la verdad ni los cuerpos.

Esto claman los familiares de los 63 trabajadores que permanecen sepultados en la Mina 8 en Pasta de Conchos desde que el 19 de febrero de 2006, un día como hoy, el yacimiento ubicado en San Juan de Sabinas, Coahuila, sufrió una explosión que dejó bajo tierra a 65 hombres, dos de ellos recuperados.

Desde entonces, todo es igual en la Región Carbonífera y a la vez distinto, porque si bien siguen las muertes causadas por la negligencia en la que operan los empresarios mineros (en estos cinco años suman 43 fallecimientos más), nunca en la historia reciente se había abandonado a un minero caído en su lugar de trabajo.

Eso afirma el dicho entre los carboneros: la mina no se queda con ninguno.

Por eso, si hay algo más que desconsuela a María Trinidad Cantú y Raúl Villasana, además de la pérdida de su hijo, es no tener dónde rezarle.

De 60 y 64 años, respectivamente, ellos han debido caminar un lustro no sólo con la ausencia del mayor de sus cuatro hijos, padre de tres y del mismo nombre que su padre, sino con el mismo dolor que los más de 300 familiares que no han podido sepultar a sus esposos, padres e hijos.

"La empresa sigue callada; el gobierno, también", lamenta ella. "Nadie ha respondido a nuestra exigencia de sacarlos".

Trini, como le dicen, hace una pausa. La pone todavía más triste la muerte en este tiempo de cinco madres que partieron sin recibir a sus muchachos y la certeza de que Industrial Minera México (IMMSA), subsidiaria de Grupo México, nunca quiso realmente el rescate.

Ni qué decir de la actuación del Gobierno federal, añade Trini, distinta a la de Chile durante el accidente que dejó atrapados el año pasado a 33 mineros en un yacimiento de cobre, del cual fueron rescatados con vida.

Por ello, instancias ciudadanas encabezadas por la Organización Familia Pasta de Conchos llevaron el año pasado el caso del siniestro a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la cual ha pedido al Gobierno de México que responda a evidencias sobre negligencia de autoridades y de Industrial Minera México tanto en el momento del rescate como en el acceso a la justicia de las víctimas.

Esto podría llevar a la apertura del caso y a la anhelada recuperación de los mineros.

El Obispo de Saltillo, Raúl Vera, responde a la pregunta de por qué no se ha hecho el rescate.

"Porque lo único que se va a saber es que, después de la explosión, los mineros caminaron al único tiro donde podían respirar, mientras llegaban a rescatarlos.

"Allí encontrarán a los mineros agrupados, no en lugares donde, según dijeron, todos fueron desintegrados. No es cierto".

Dejaron personas vivas, enfatiza, indignado. Eso es lo que no quieren que se encuentre, y que no se sepa también las malas condiciones en que trabajaban y por las que se les fue la vida.

Como todavía hoy.

'Los dejaron morir'

Raúl Villasana, minero de años y que convalece de un infarto, cuenta las anomalías vividas por su hijo en la Mina 8 que culminaron con la detonación que derrumbó...

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