Herencia de la humanidad

AutorAdalberto Rios Szalay

Fotos: Adalberto Rios Szalay

Si usted ha visitado Oaxaca, el Cañón del Colorado, la Muralla China, la Alhambra o Tlacotalpan, seguramente habrá escuchado que se trata de sitios Patrimonio Mundial, o Patrimonio Cultural de la Humanidad, término mucho más utilizado, aun cuando no es el oficial.

Reconocer a un lugar como Patrimonio Mundial es algo mucho más allá que un elogio o una encendida muestra de cariño por el terruño. Sin embargo, ante la falta de información, pareciera que tales denominaciones fueran un calificativo otorgado por entusiastas de cada lugar, equivalente a decir "esto vale mucho, es un tesoro".

Patrimonio Mundial es una jerarquía, un reconocimiento que se otorga con base en rigurosos procesos de selección y estudios llevados a cabo por el organismo más importante encargado de la cultura, la ciencia y la educación en el mundo, la UNESCO, ente de la ONU integrado con representantes de los países miembros y cuerpos especializados.

La admiración por las grandes obras de la humanidad comenzó en la antigüedad, con las llamadas Siete Maravillas del Mundo, relación de obras extraordinarias del espacio geográfico conocido hasta entonces por sus autores: Eurasia.

La destrucción de Budas por los talibanes, la devastación y el saqueo del Museo de Bagdad o el incendio de materiales cinematográficos de la Filmoteca Nacional afectaron el patrimonio de la humanidad. La degradación o desaparición de bienes excepcionales constituye un empobrecimiento de la herencia de todos los pueblos del mundo. Por ello, la UNESCO aprobó en 1972 la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, iniciativa encaminada a la protección de aquellos bienes irremplazables, no sólo para una nación, sino para la humanidad entera.

Desde luego que todos los patrimonios naturales y culturales deben ser preservados; sin embargo, la UNESCO comenzó por priorizar aquellos de valor excepcional. ¿Cómo lo hace?

Para valorar los sitios

La UNESCO tiene un comité que, a partir propuestas de los Estados miembros, evalúa y determina aquellos bienes de valor universal excepcional para inscribirlos en la Lista del Patrimonio Mundial, según criterios establecidos cuidadosamente y a procedimientos minuciosamente elaborados con la intervención de expertos, como los de ICOMOS (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios) y el IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y sus Recursos).

El país que propone un bien debe demostrar su valor...

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