Héctor Larios: Cumple en EU su sueño de ser 'Jacqui'

AutorAlberto Armendáriz

EL NORTE/Estados Unidos

NUEVA YORK.- Como en casi todos los hogares de migrantes mexicanos en Estados Unidos, la Virgen de Guadalupe ocupa un lugar destacado en el departamento de Héctor Larios, quien todos los días le agradece a la virgen que le haya permitido sobrevivir y realizar su sueño en este país, lo que en su caso significa ser la mujer que siempre se sintió, Jacqueline.

"Desde que abrí los ojos sentí que era una mujer", aseguró a EL NORTE Larios, de 29 años y oriundo de Tijuana, Baja California.

A simple vista, nadie se atrevería a contradecirlo. Mueve sus finos brazos y piernas con una femineidad que resulta natural, para nada forzada, como tampoco parecen implantados los senos que delinea su playera.

Su cuidada piel morena, el cuello largo, fino, y su resplandeciente cabellera negra le dan un aspecto de fragilidad que se acentúa en sus elegantes pómulos y en las cejas cuidadosamente depiladas. Sin embargo, esa delicada imagen contrasta con la fuerza y la determinación que transmiten sus brillantes ojos marrones.

Hoy vive cómodamente en un pequeño, pero cálido departamento en el Upper East Side de Manhattan que comparte con su perrita, Penny; baila en shows que realiza en las numerosas discos gay latinas de Nueva York y planea poner su propio negocio relacionado con la noche. Pero llegar hasta aquí no fue fácil.

Aunque siempre se consideró una mujer, Jacqui -como prefiere que la llamen- tuvo que soportar que sus padres -Martha y José Salomón-, familiares y amigos la corrigieran constantemente sobre cómo debía sentarse, pararse, hablar y hasta sentir.

"Manejaba todo el tiempo una doble personalidad. Cuando todos se iban a dormir, tenía mi mundo debajo de mi cama; jugaba con muñecas, les hacía ropa y era feliz", contó, aunque prefirió no entrar en detalles sobre cómo perdió la virginidad a los 7 años, con el primer hombre que la atrajo.

De todos modos, el golpe más duro vendría pocos años después, cuando tenía 10 años y como consecuencia de un derrame cerebral perdió a uno de sus tres hermanos -dos varones y una mujer-.

"Con la muerte de Luis Enrique, que era dos años mayor que yo, a mis padres se les cerró el mundo. Fue muy traumático para todos, pero a mí me hizo muy fuerte. Siempre fui un niño con mucho ángel, con potencial de estrella, y no quería que mi luz se apagara ahí", comentó.

Con el respaldo de su prima Miriam, Jacqui aprendió a cantar y se presentó en varios concursos de canto. Comenzó a tomar hormonas femeninas y a...

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