Harina de Otro Costal/ El discurso musical

AutorJosé Antonio Alcaraz

A Tito Puente (1923-2000), in memoriam.

Además de la ópera y diversos tipos de obras para piano, durante el Siglo 19 el discurso musical disponía de varios cauces determinantes: sonata, sinfonía, cuarteto, suite, poema sinfónico, cantata, rapsodia, obertura, lied y quizá algún otro. Eso es todo. Más bien: toma la apariencia de ser todo.

De tal manera, durante el Siglo 19 queda estratificada la idea misma del Discurso musical y, en consecuencia, nacerán de modo automático los requerimientos de quien escucha, pues deseará pavlovianamente la reaparición cíclica de las referencias proporcionadas por cuanto ha oído de antemano. Dichos expedientes constituyen asideros más o menos cómodos. Por medio de una analogía pedestre puede considerárseles semejantes a las manijas que sirven para abrir un cajón o bien perillas de esa puerta que, a su vez, da acceso a un lugar salvo por entero.

En aquellos tiempos el producto musical se consideraba, obligadamente, como un todo dado; impuesto de manera tiránica la mayoría de las veces; redondo y pulido. Un objeto casi fabril, de acabado impecable... a menos que el consumidor fuera capaz de efectuar varias lecturas distintas de su trayecto (Lo cual sucedía también en pleno Siglo 19).

Hoy, numerosos compositores asumen la partitura y su resultado sonoro a manera de una suma de posibilidades, según lo ha hecho notar con tanta insistencia como acierto Luciano Berio (1925). La idea no es suya por entero. Al respecto surge de inmediato el nombre de Umberto Eco (1932). Su ideograma "la obra abierta" ha corrido con particular fortuna, hasta volverse locución obligada; misma que -a diferencia- utilizan con alegre desenfado, para apoyarse en una etiqueta prestigiosa, quienes poco entienden y menos hacen por comprender cuanto se pretende examinar aquí, de manera un tanto sucinta.

Pocos han dado veracidad y relieve, en forma tan fructífera, como Berio a dicha suma de posibilidades: el compositor italiano la ha presentado una vez y otra, bajo diversas luces, en su producción. Simultáneamente ha esclarecido el concepto y la acción del mismo, así como vigorizado sus alcances. Esto ha dotado a su música con un arrastre que en ocasiones (como en Circles o su Sinfonía) ejerce sus capacidades de seducción sobre los sectores no convencionales, anticonformistas, del público (1): aquellos quienes desean (o intentan) alejarse del rumiar compartido, así como de un discurso musical machacado sin clemencia.

En la concepción...

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