El Halloween no le va...

AutorJuan Carlos García

Carlos Santana respeta la tradición de celebrar Halloween en Estados Unidos, pero nunca la ha seguido ni se las ha inculcado a sus hijos.

"Yo vivo en San Francisco, y aunque hay mucho latino, el Día de Muertos no se celebra como en México. Aquí es el Halloween, el día de las brujas, y a mí, la verdad, no me gusta; no critico a los estadounidenses, pero jamás he pedido dulces ni me he acercado a darlos, tampoco he dejado a mis hijos que lo hagan", señala el guitarrista a Gente!, en entrevista desde su oficina en California.

Esta prohibición, añade, le ha causado conflictos con los profesores y amigos de escuela de sus retoños: Salvador, de 21 años; Stella, de 19, y Angélica Faith, de 14.

"Yo no les impongo ninguna cultura ni ninguna religión a mis hijos, y eso me ha traído ciertos problemas, esencialmente con 'las brujas' (Halloween) y con Santo Clos, porque nunca los he mandado a que pidan 'dulce o travesura', y mucho menos les he regalado juguetes en Navidad diciendo que son de Santo Clos", platica.

Por eso ha tenido que ir a charlar con los maestros de sus hijos, quienes lo critican porque no fomenta las tradiciones de EU.

"Como yo les digo que eso de los regalos de Santo Clos es un engaño, que yo soy quien les compra los regalos, pues a los maestros no les parece porque se lo cuentan a sus compañeros, y ya no se diga con el Halloween, porque en las fiestas de disfraces mis hijos ni se vestían de nada, y no salían a pedir nada, y eso enojaba mucho a las maestras... también a ellos, porque me consideraban anticuado, ideático", cuenta el guitarrista jalisciense.

Santana afirma que en su familia no existe un culto por cierta tradición, y sí el impulso a cultivar el espíritu.

"Mi 'Chocolata' (su esposa Deborah) y yo siempre hemos estado de acuerdo en alimentar el espíritu de nuestros hijos. Respetamos todas las tradiciones, pero preferimos que en Día de Muertos recuerden a sus seres queridos con una oración, con dedicarles una comida o una cena o hasta ayunar, ¿por qué no?", recalca el jalisciense.

Carlos confiesa ser una persona que asiste poco a la iglesia, ya que considera que vale más una oración fervorosa y con convicción hecha en casa que 10 rosarios cumplidos por obligación.

Santana, quien vive en EU desde hace unos 30 años, recuerda las procesiones en su natal Autlán de Navarro, Jalisco, en el cementerio y las misas en la iglesia.

Mientras él disfrutaba del pan de muerto con leche, sus papás y tíos rezaban el rosario y ofrecían...

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