Hallan en Xaltocan sepulcro milenario

AutorJulieta Riveroll

Es todo un acontecimiento en la historia de Mesoamérica. Investigadores de la Universidad Estatal de Georgia y de la UNAM descubrieron 180 cráneos en Xaltocan, con más de mil 100 años de antigüedad, lo que convierte a este hallazgo en la concentración más grande de víctimas decapitadas de esa civilización, no asociadas a arquitectura monumental.

La cifra es conservadora si se considera que el inventario de restos humanos todavía no concluye, añadió el arqueólogo Christopher Morehart tras explicar que en la primera temporada de campo, de 2007 a 2008, se encontraron poco más de 30 cráneos, y en la segunda temporada, que tuvo lugar en el verano de 2012, se localizó el resto y a partir de agosto comenzaron a ser analizados en el laboratorio de osteología del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM.

"Estamos en la fase de limpieza, curaduría y catalogación. La clasificación primaria de unos 60 cráneos nos indica que la mayoría son sujetos adultos, masculinos, algunos presentan deformación craneana y mutilación dentaria, y en cuanto a sus condiciones de salud observamos patrones de desgaste dental e infecciones periodontales. Todo indica que son sujetos de diferentes poblaciones", señaló la antropóloga física de la UNAM Abigail Meza.

En este año, el equipo de investigadores terminará los estudios de morfometría geométrica para comprobar que no pertenecen a la misma población, y en el próximo año, los análisis de isótopos para determinar su dieta y afinar su procedencia, y los análisis de ADN antiguo, cuyo propósito también es verificar su afinidad poblacional.

"Esta colocación masiva de cráneos es un evento único en Mesoamérica, pero está por verse si fueron enterrados al mismo tiempo. La técnica de decapitación igualmente es única. Mientras en Teotihuacán y Templo Mayor se decapita más cerca del cuello, a partir de la tercera y cuarta cervical, la huella del corte en Xaltocan se ubica en la primera y segunda cervical, es decir, más pegada a la nuca", aseguró Meza.

Estos cráneos difieren de los teotihuacanos, agregó la experta en antropología forense, y los primeros estudios señalan que los que no están deformados se asemejan más a la población otomí.

La datación por radiocarbono arrojó que los restos humanos son del 640-890 D. C., por lo que pertenecen al periodo epiclásico, dijo el arqueólogo, quien atribuyó la práctica del sacrificio humano en el norte de la cuenca de México a la rivalidad entre comunidades, bien fuera por...

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