Hallan cronistas errores en calles

AutorDora Luz Haw

Incongruente con los juicios de la historia, la nomenclatura de la Ciudad de México y de la zona metropolitana cuenta con 16 calles que llevan el nombre de Carlos Salinas de Gortari, uno de los presidentes más vituperados de años recientes; cinco del "traidor a la Patria" Victoriano Huerta, y 60 de Gustavo Díaz Ordaz, uno de los responsables de la matanza de Tlatelolco.

Cronistas capitalinos consideran que el Gobierno del Distrito Federal no hace lo suficiente para corregir estos "errores", cuyo origen data de varios lustros, cuando se permitía el uso indiscriminado de nombres para las vías públicas.

El primer intento por lograr una regulación lo impulsó Roberto Gayol como director de Obras Públicas en 1887, pero Aidé Flores Elizondo, directora de Equipamiento y Mobiliario Urbano de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), dependencia encargada de la nomenclatura, reconoce que la arbitrariedad se debe a que los reglamentos nunca se aplicaron y los políticos o líderes asignaron a las calles los nombres que querían.

Cuauhtémoc Cárdenas expidió en 1998, en su calidad de Jefe de Gobierno capitalino, un decreto que establece normas más precisas para la Comisión de Nomenclatura del DF, figura que existe desde 1942 por iniciativa del Presidente Manuel Ávila Camacho.

Este órgano, en el que participan la Seduvi, la Secretaría de Gobierno y la Oficialía Mayor, entre otras instancias, incluye entre sus miembros permanentes al Consejo de la Crónica de la Ciudad de México, al Instituto Nacional de Antropología e Historia y al Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México.

Francisco Cásares, presidente de la Asociación de Cronistas de la Ciudad de México, asegura que, si bien los comités delegacionales de nomenclatura (establecidos en el decreto) tienen la obligación de consultarlos, los ignoran pese a que, en su calidad de historiadores locales, cuentan con información para opinar.

"Los nombres son fundamentales porque otorgan identidad y arraigo a las personas. Tenemos que buscar aquellos que reafirmen nuestra cultura", advierte.

Flores Elizondo aclara que los trámites para cambiar nombres sólo se realizan a petición de la ciudadanía. Hacerlo no es sencillo, agrega, porque implica una investigación y la evaluación de la Comisión de Nomenclatura, presidida por el Jefe de Gobierno, que sesiona cuatro veces anuales. Insiste en que las modificaciones deben analizarse a detalle porque afectan a muchas personas, pues se altera su documentación...

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