Halla Rayas en el futbol solución a sus problemas

RICARDO RAYAS ganó la medalla centroamericana en 1990, fue campeón con León en 1992, su estilo de juego técnico y pulcro como defensa central le ofrecía una prometedora carrera en el futbol de la Primera División, pero las lesiones hicieron mella en él y luego de descender con Veracruz en 1998 su carrera prácticamente finalizó.

Hoy, se ha convertido en el técnico revelación de la Primera A, llevando al Salamanca al liderato general y a la Final por el ascenso, armando y concretando con un cuadro de gente experimentada, que incluso tiene su misma edad, 36 años.

Una de las claves para su ascenso ha sido su don de gente porque a pesar de su corta edad es un hombre que sabe tratar al jugador, que conoce bien el significado de la palabra sacrificio porque toda su vida lidió contra corriente, y además fue un niño que se levantó del mundo de las drogas para encontrar en el futbol su salvación.

A los 7 años de edad abandonó el seno familiar, primero, motivado por la idea de buscar un trabajo de "lo que fuera" para ayudar a su madre con los gastos del hogar, pero al mismo tiempo también movido por la soledad y el sufrimiento por el alcoholismo de su padre.

Rodeado de gente con vicios y una visión destructiva, Ricardo fue atrapado en el mundo de la drogadicción y de pronto encontró una salida para mitigar su dolor en la mariguana y las pastillas.

Sin embargo, asegura, que Dios se cruzó en su camino para mostrarle que había tomado el rumbo equivocado. El padre Ulises Macías, quien actualmente es obispo de Hermosillo, le mostró el camino de la fe.

Pasó algún tiempo haciendo meditaciones en un seminario y luego el...

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