Haga hoyo en uno: viva en un campo de golf

EL NORTE / Redacción

La diferencia de vivir en un campo de golf se respira. La primera variante la marca el vecindario.

No resulta extraño que mientras se desayuna, a través de la ventana del antecomedor se vea a una persona que con toda la paciencia del mundo golpea con un palo una pelotita blanca que está tirada en el césped.

Por cierto, esto último es la segunda diferencia, el césped, que se extiende hasta las paredes exteriores de la casa, convirtiendo el campo de juego en una prolongación del jardín, con la ventaja de que no se tiene la responsabilidad de podarlo.

Estas son sólo algunas de las características -nada despreciables, cabe decir- que hacen único, o por lo menos diferente, vivir un campo de golf.

"Para la gente que le gusta el aire puro y la naturaleza es lo mejor, dado que no es necesario tener jardines muy grandes y gozas del privilegio de tener una vista verde los 365 días del año" dice Carlos Rubio Guerra, director de Residencial y Club de Golf La Herradura.

En Nuevo León, existen cuatro alternativas para quienes quieran optar por esta forma de vivir en contacto con la naturaleza, tres de ellas en el Cañón del Huajuco (Las Misiones, Valle Alto y La Herradura) y otra en García (Terralta), cada uno con diferente grado de maduración.

Las Misiones ofrece lotes desde 1,200 hasta 4,000 metros cuadrados de superficie, con precios de hasta 200 dólares. Caso diferente a Valle Alto, que no dispone ya de predios para vender.

Para el otoño del 2003, entrará en actividades el tercer complejo golfístico-residencial ubicado en El Huajuco, La Herradura, que contempla terrenos de 600 a 1,300 metros cuadrados, con precios de entre 2,200 y 2,500 pesos.

Mas verde que los anteriores -por lo incipiente del proyecto- es Terralta, a 29 kilómetros de Monterrey por la Carretera a Saltillo, que contará con 400 lotes residenciales.

Estos desarrollos atestiguan un aparente auge del golf en la región, pues además de los complejos que integran vivienda, se construyen otros que son sólo el campo de juego.

Para ratificarlo, ahí están los 120 millones de dólares que se invierten en Nuevo León: 70 millones de dólares en La Herradura, 20 millones en Real del Desierto, en Apodaca; 10 millones en Terralta, en García y otros 10 millones de dólares en el Club Campestre El Dorado, en Cadereyta.

Las alternativas que tienen los regios para residir en un desarrollo donde tendrían como vecino un hoyo de golf no se limitan a Nuevo León.

Monterreal y Hacienda Las...

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