Hachazos / El efecto Europa

AutorSan Cadilla

¿Cuántas veces hemos escuchado que ir a Europa cambia la mentalidad del jugador, que le ayuda a crecer y que adquiere más nivel y bla bla bla?

En el caso de los mexicanos puede ser que sea cierto que te cambia, aunque la duda es si para bien o para mal.

El otro día en San Antonio ocurrió que, después de bajar del avión, los jugadores del Tri se toparon con casi una centena de personas con camisetas verdes arremolinándose para obtener un autógrafo.

Varios de ellos pusieron cara de asombro y satisfacción a la vez, y no faltaron los ojos brillosos al ver cómo la gente se acercaba a ellos aunque fuera para saludarlos.

Entonces, la reacción fue natural. Los tricolores, en concreto los nuevos, también se acercaron a sus aficionados y los saludaron, se dejaron tomar fotos, dieron autógrafos, les dieron hasta palmada en la espalda a algunos fans y todavía, cuando se iban, ya arriba del autobús se despidieron de la gente sonriendo y todo.

Todo lo contrario de lo que pasa con la mayoría de los futbolistas que viven del otro lado del charco y que a la menor señal de afición aprietan el paso, se ponen sus audífonos para hacer como que no escuchan, piden "guarros" a sus lados, bajan la cabeza o aplican el viejo truco de hacer como que hablan por el celular para así ignorar a los hinchas.

Desafortunadamente, el año pasado no sólo sirvió para ver que Europa hace a los futbolistas mexicanos alérgicos a sus paisanos, sino que les hace olvidar cómo jugar bien, al grado de haber tirado a la basura un Hexagonal, o les provoca fobia al Tri, como ciertos que se niegan a las convocatorias o...

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