Hachazos

Ecos de un Clásico

El Clásico Tapatío de anoche nos dejó varias conclusiones, algunas de ellas que ya sabíamos, o bueno, al menos algunas que ya les había anticipado.

Primero, está claro que Carlos Ochoa llegó a ocupar el lugar que alguna vez tuvieron Nacho Vázquez, Miguel Sabah, “Maza” Rodríguez y Sergio Santana, esos jugadores que tienen una extraña habilidad de ir de lo sublime a lo ridículo de una jugada a otra.

Digo, está cantado que la falta de técnica del pelón delantero lo va a llevar a ser el “tírale al blanco” de la afición rojiblanca, pero nunca pensé que fuera tan rápido.

Lo que yo no había entendido era que cuando decían en Chivas que le iban a dar alegría al ataque se referían a esas jugadas (por llamarle de alguna forma)

que se aventó ayer antes de sus goles.

De veras, si ustedes vieron el partido, sin importar si son rojiblancos, rojinegros o abstemios, seguramente se rieron como yo cuando se aventó la del Chanfle dentro del área.

Ojo, esto que les digo es independiente de los goles que meta o que se pueda “reivindicar” anotando como ayer; así ha sido en su carrera y casi siempre terminan pesando más las fallas para que los aficionados exigentes terminen reventándolo, y vaya que en el Estadio Jalisco son duros con sus jugadores, especialmente los delanteros.

La segunda conclusión es que Atlas va a sufrir en su defensa, porque aunque allá por la Jornada 4 aparezca Ismael Fuentes, les anticipo que no será suficiente para que sigan dando más facilidades que Niurka.

¿En Atlas seguirán pensando que reforzaron a su equipo?

La tercera conclusión es que Efraín Flores podrá ser un buen entrenador, excelente persona, pero de moda necesita ayuda.

Digo, eso de traer la corbata encima del chaleco ni mi sobrino de secundaria. Pero bueno, mientras tenga resultados en la cancha, que se vista como quiera ¿no?

Al rescate de Botero

Luego de que Alejandro Burillo, vía José Antonio García, le aplicó la atlantiña a Valente Aguirre para que no comprara al León, hubo varios damnificados; Víctor Manuel Vucetich, Duilio Davino y hasta el boliviano Joaquín Botero.

Todos estaban apalabrados para iniciar un brillante proyecto para ascender al equipo en un año, incluso la familia Davino quería meterle dinero al equipo para hacerse de algunas acciones, pues éste ha sido un deseo largamente acariciado por el patriarca de este clan, que estaría apoyado por sus hijos, Duilio y Flavio.

Finalmente los Batarse Tagle, empresarios zapateros, le...

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