Hacen justicia por propia mano

AutorEdgar Contreras y Armando Vázquez

Luis Alberto García es un presunto revendedor que se embolsó 4 mil 50 pesos al vender boletos falsos del Cruz Azul-Chivas. Horas después, pasó la noche en el Reclusorio, golpeado por sus "clientes".

Y todo gracias al coraje de sus víctimas, quienes después de que les negaron la entrada al Estadio Azul se dedicaron a cazar al revendedor... y lo cazaron.

Luis Alberto fue entregado a un elemento de la SSP-DF, dos horas antes del partido. Los defraudados no se conformaron con la intervención policiaca, sino que aprovechando que estaba sujetado por el uniformado, lo golpearon y patearon a placer.

Los demás uniformados tardaron unos cinco segundos en intervenir. Uno de ellos, riéndose, expresó "que lo linchen, por gandalla".

Guillermo Fabila es un padre de familia que acudió desde Ecatepec junto a otros seis integrantes de su familia. Él y su hijo patearon con saña al revendedor. Después, su hijo lloró y le suplicó al revendedor que les devolviera el dinero: 3 mil 150 pesos por los siete boletos en la zona general.

Luis Alberto García traía los bolsillos vacíos.

Héctor Ortega fue el primero en propinarle un derechazo, seco, a la mandíbula. Estaba enojado porque dice que pidió un préstamo para comprar los boletos y porque por primera vez llevaba al estadio para apoyar a las Chivas a su hijo...

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