Hacen la guerra a contaminación

En más de una ocasión al día, todos hemos respirado partículas menores de 2.5 micrómetros. Incluso, dentro de la casa al agitar cortinas que no han sido lavadas en semanas, al barrer la alfombra, cuando se circula en el auto junto a un camión pesado consumidor de diesel o al transitar cerca de los paraderos de autobuses foráneos, mejor conocidos como chimecos.

Para la ciudad, las PM 2.5 constituyen un problema de la calidad del aire respirado por la población, sobre el cual se puso atención a partir de las advertencias sobre los riesgos que implican para la salud, planteadas por Mario Molina, Premio Nóbel de Química 1995, involucrado ahora en estudiar el fenómeno de la contaminación en el Valle de México y en las principales metrópolis del mundo.

"Todos los procesos de combustión, desde los autos hasta las estufas caseras producen contaminación por partículas menores de 2.5 micras, en una serie de reacciones químicas que se dan en la atmósfera y que estamos estudiando", expuso el científico, de visita en México para conducir el Sexto Taller de Calidad del Aire, efectuado la semana pasada.

El primer paso para iniciar el control de este contaminante, que siempre ha estado ahí, junto con toda la gama de compuestos aspirados en las grandes ciudades, en donde los automotores son la base de la transportación, ha sido dado y la red de monitoreo de PM 2.5 comenzará a operar en el segundo semestre del año.

"El proyecto para establecer la red fue ordenado en...

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