Hacen sus 'dormitorios' donde les cae la noche

Acurrucado, Omar apenas logra que una cobija de Cenicienta -que le regalaron hace unas horas- lo cubra hasta los pies.

El estruendo de camiones urbanos que circulan por Pino Suárez, frente al Hospital de Traumatología No. 21 del IMSS, estremece más con el golpeteo del aire helado.

Omar tiene 42 años, su físico y conversación elocuente contrastan con la imagen de los indigentes: ropa sucia, rota, enfermedades mentales...

"Iba para el otro lado, pero me agarró la migra", dice el hombre, quien viste de mezclilla y trae unos tenis que le obsequiaron un día antes porque los suyos se los robaron.

Su mirada es fija y triste. Lleva cuatro días en Monterrey. Es originario de Villahermosa, Tabasco, y su intento de cruzar a Estados Unidos se frustró en Nuevo Laredo. Llegó a Nuevo León pidiendo raid.

Pasan de las 22:00 horas, la temperatura es de 7 grados y en la madrugada bajará a 4.

A unos metros, Juan Carlos Hernández, de 29 años, está envuelto en una cobija verde. Dice que es de San Luis Potosí.

En recorridos durante dos noches, tan sólo en el Centro de Monterrey y afuera del Hospital Universitario se contabilizaron 60 personas durmiendo en las calles, a pesar del frío.

La mayoría es de otras entidades con el sueño roto de llegar a Estados Unidos. Otros perdieron sus empleos y por problemas familiares, su hogar.

"Me duermo donde me pegue la noche; a veces en Coppel, en la Clínica 21, aquí", platica Simón afuera del Hospital de Zona 2, mientras intenta amortiguar el frío con cartones.

Era ayudante...

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