Hace último viaje

AutorTeresa Sánchez y con datos de Alejandro Alvarado

Corresponsal

TEPIC.- Él fue "luchón", trabajador, alegre y sociable. Pero, sobre todo, un wixárika soñador y chamán, como su padre.

José Benítez Sánchez es el nombre de este artista, quien murió a los 71 años de un infarto el pasado miércoles. Hace tres semanas ingresó al Hospital General de Tepic, Nayarit, lugar donde se le complicaron la diabetes, la tuberculosis y el mal de poot.

Antes, 20 años atrás, José Benítez llegó a Tepic para fundar la comunidad de Zitacua. El entonces Gobernador y admirador de su obra, Celso Humberto Delgado, proporcionó las facilidades para que se establecieran más de 150 familias "huicholas" en unos terrenos al Poniente de la ciudad. Es un lugar con una vista privilegiada donde, incluso, se pretendía construir un fraccionamiento de lujo.

En esos años comenzó el reconocimiento a la obra de este "huichol" orgulloso, originario de Mezquitic, Jalisco.

"Mi padre tenía una manera muy particular de ver la vida. Siempre hablaba de sus sueños y los cumplía. En todos mis años que pasé con él siempre era alegre, tenía algo que decir del cielo, de las nubes, de la naturaleza. Siempre sabio y muy querido por todos. No sé si alguien pueda ser como era él", dijo Neuvy Benítez Rentería, uno de los hijos del artista.

"Me siento muy orgulloso de haber sido su hijo. Además, creo que fui el hijo que más tiempo pasó con él desde que es artista. Viajaba mucho, pero siempre me enseñó a poner en alto a mi cultura wixárika. Eso fue lo que él hizo", agregó Neuvy, de 18 años de edad, quien ahora trabaja en un bar de Tepic.

La última etapa de su historia, José Benítez la pasó muy cerca de Hilaria Chávez Carrillo, una mujer de 33 años que conoció en la capital nayarita, con quien procreó a Nancy, Brenda Yareli, Belinda, José y Yuli Arcelia, con edades que van de los 13 a los 3 años de edad.

"Estoy con él desde que tenía 18 años. Ni me trató mal, al contrario. Él siempre me llevaba alimentación y todo eso, de vacaciones también. Nosotros le ayudábamos a trabajar en el arte que hacía", cuenta esta mujer que lo vio por primera vez cuando estudiaba la secundaria.

"Pos él se ponía a pintar y a dibujar los dibujos y ya yo le ayudaba a rellenar los dibujos. Él se encargaba del significado, de la historia. Él escribía las historias. Cuando lo conocí estaba de viudo, soltero, con dos hijos. Y yo los saqué adelante al lado de su papá", relató.

Desde...

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