Hace reir la 'Catrina'

AutorDora Luz Haw

"Acteal, Aguas Blancas, Pasta de Conchos, Atenco, Tlatelolco... ¡Basta!", gritó Caronte mientras la Muerte se iba comiendo los restos de las víctimas.

En ese momento José Antonio Salinas se quedó estupefacto, se sintió conmovido y pensó: "¡Qué cabrón!".

Era una de las 13 escenas de Un mambo con la Catrina, 13 calaveras escénicas en homenaje a José Guadalupe Posada, montaje de la directora alemana Cordelia Dvórak, un "musical de cámara", como lo define su autora, sobre la muerte, pero principalmente sobre la vida.

Salinas vino a la primera de las dos funciones del semana en el Teatro Julio Jiménez Rueda, en el marco del Festival de México en el Centro Histórico.

Le gustó entrar por el backstage y descubrir que el teatro, cuya disposición convencional es al estilo italiano, fue transformado totalmente: dos gradas y un pequeño escenario al centro posibilitaron un espectáculo mucho más íntimo.

El bailarín y coreógrafo no sabía exactamente qué iba a ver en escena, pero quedó sorprendido al descubrir cómo una obra puede despertar el sentimiento de mexicanidad.

"Tener enfrente una visión tan mexicana de la muerte me recordó mucho a mis abuelos Petra y Adolfo. Ella era una oaxaqueña tremenda que ponía en época de Todos los Santos altares inmensos", cuenta.

En la obra, el grabador José Guadalupe Posada (Carlos Cobos), decide huir de la Muerte (Adiana Ríos) al sentirla cerca. Primero intenta escaparse prometiéndole una nueva imagen, atractiva, sensual y deseable; entonces dibuja a la Catrina.

Pero esto no resulta, así que, aconsejado por el adivino Tiresias (José Marcelino Flores), decide asumir distintos personajes que le permitan engañarla. La vida se convierte entonces en una puesta en escena.

"Puesto que muero existo", se repetía constantemente el artista, quien junto con su discípulo y ayudante, Josefo (Arnoldo Picazzo) intenta huir personificando a un sepulturero, un sacerdote y un político.

Irónica, Mambo con la Catrina es una pieza humorística y satírica que provoca la risa de los espectadores. Los actores toman el escenario, bailan en él y cantan, con todo el sentimiento, desde boleros hasta danzones.

La obra no sólo incluye mambo, sino danzón y otros géneros acompañados de textos de escritores como Octavio Paz, José Gorostiza, Xavier Villaurrutia, Rosario Castellanos y Jaime Sabines, además de...

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