Hace 'jugoso' negocio con plantas del desierto

AutorEnrique Lomas

EL NORTE / Chihuahua

CHIHUAHUA.- Las plantas desérticas que en familia han usado ancestralmente como remedios caseros, doña Ignacia Arroyo Carrasco las ha transformado en productos de belleza que la sacaron de la pobreza y ahora la han convertido en una exitosa microempresaria que está conquistando ciudades del País y del extranjero.

Desde hace seis años, el desierto ha sido la fuente de inspiración de esta mujer, vecina del rancho El Jaguey, del municipio de Aldama, Chihuahua, situado a 17 kilómetros al noreste de la capital del estado.

Las fórmulas de los remedios, que le han sido trasmitidas de generación en generación, las ha utilizado aprovechando el guamis o gobernadora, sangredo, sábila y otras plantas desérticas que transforma en productos de belleza en presentación de tés, cremas, talcos, jaleas, aceites, jabones, pomadas y shampoos.

Sus productos son aplicados como remedios curativos en afecciones de la piel, contra la calvicie, verrugas, manchas, mal olor de los pies y otras males.

"Mi abuela hacía sus cocimientos y yo la veía desde chiquita que molía las yerbas para hacer tes con las que curaba, y de ahí algo se me quedó, por lo que al crecer y tener problemas de calvicie, practiqué los experimentos que yo veía de niña", comentó Arroyo Carrasco.

Las bebidas pronto se convirtieron en shampoos, en jaleas, jabones y pomadas que son consumidas ahora por miles de personas que buscan una alternativa a sus intentos fallidos por hacer desaparecer problemas que las afean y acomplejan, y se transformaron en los productos 'Juvelín'.

En los inicios de esta industria las fórmulas de doña Ignacia no resultaron exitosas, pero la persistencia, el estudio y la creatividad, resultaron en remedios que derivaron en productos de reconocida efectividad, dentro y fuera del estado, e incluso en el extranjero, a donde turistas y paisanos han llevado estas pócimas, jaleas y jabones que les han resultado contra los ataques del sol y de la vejez en la piel.

"Yo ya sabía toda la fórmula para la calvicie, nada más que no sabía cómo hacerla shampoo, por lo que tomé cursos para darle a los tés de mi abuela la consistencia viscosa requerida para untar en el cuero cabelludo", indicó.

Doña Ignacia dice que nunca se detuvo en su intento por elaborar un producto para la belleza con plantas del desierto, por ello se ha preparado continuamente tomando cursos de herbolaria y haciendo experimentos en el interior de un laboratorio improvisado en un rincón de su...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR