Habas habemus

AutorLuis Marcet

Las habas pasaron en los últimos siglos en Europa de alimento para forraje, a ser insustituibles en épocas de hambre, en guerras y sus míseras consecuencias.

En España, por ejemplo, en la postguerra se hervían las habas secas y con algún magro acompañante se servían en muchas mesas.

Algunos se vieron al fin libres, cuando en la escuela se estudió que el consumo habitual de la mismas producía una enfermedad llamada fabismo.

Pero el ingenio popular del campo, creó un plato de una excelsitud maravillosa en el país catalán, llamado "Habas a la catalana". Debe prepararse con habas tiernas, a las que se añade un sofrito de ajo y un manojo de cebollas tiernas picadas -cambray-, en aceite de oliva.

Se pone de base un poco de morcilla y tocino no ahumado, cortado en trocitos hasta que se doran. Una vez cocidas las habas en este fondo, se añade un vasito de vino blanco, un ramillete de menta fresca y una hoja de laurel. Aparte se cortan unas rebanadas gruesas de morcilla y unas tiras de medio centímetro de tocino, que se doran.

Se agrega una copa de anís y jerez dulce, y cuando todo está integrado se decora con la morcilla y el tocino. Añada un poco de agua para que no queden secas. Y la maravilla se llevó a cabo.

Puede realizarse perfectamente en México, ahora que hay habas tiernas -escoja las más pequeñas-, comprando la morcilla y el tocino en el puesto "El Porvenir", en el Mercado de San Juan.

En México se prepara una maravillosa sopa de habas secas, cuya receta ustedes conocen perfectamente y que pueden consultar en algún libro de cocina mexicana. Sólo les recomendaría que cuando esté la sopa servida, en cada plato la añadan un chorrito de buen aceite de oliva.

Pero hay bastante de que hablar sobre las habas...

La Real Academia Española, acerca de la expresión: "Son habas contadas", dice que esta expresión figurada, "denota ser una cosa cierta y clara".

Ya en el Siglo 17, en algunas repúblicas, así como en congregaciones y cabildos, para hacer votaciones se utilizaban habas blancas y negras. Lo probable que de esta costumbre procediesen frases como: "tocarle a uno la negra; tener la suerte negra o... la negra".

El mismo Don...

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