Gustavo Moheno / De sustos y sutilezas

AutorGustavo Moheno

Lo único malo de esta película es el título. Además de crear demasiadas expectativas (El Ojo [2002] es una obra de culto), no tiene prácticamente nada que ver con la original, excepto por los nombres de sus creadores: Oxide y Danny Pang, los mellizos hongkoneses que, juntos o separados, le han inyectado un excitante estilo tanto al terror como al "film noir" asiático (recordar Bangkok Dangerous, asequible en DVD).

Ya en trámites para ser objeto de remake hollywoodense (territorio en el que los Pang también están a punto de debutar con The Messengers), El Ojo 2 (Hong Kong/Tailandia, 2004) desarrolla nuevamente la premisa de una mujer acosada por muertitos igual que Haley Joel Osment en El Sexto Sentido, con la novedad de que la susodicha (la guapa Qi Shu de El Transportador y Tres Tiempos) ha adquirido tal capacidad no por un trasplante de córneas, sino tras un intento de suicidio conectado emocionalmente con su inesperado embarazo.

Joey, la protagonista, acaba de tronar con su novio e intenta quitarse la pena comprando a diestra y siniestra en un centro comercial tailandés.

Pero esto no es suficiente y, más tarde, en la habitación de su hotel, decide empinarse un frasco de pastillas mientras delira con un grupillo de fantasmas que le caen de visita en el punto más álgido de la crisis.

De regreso en su natal Hong Kong, y dispuesta a tener al retoño de su fallida pasión, Joey se enfrenta a otras apariciones en los sitios más insospechados...

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