Gustavo Fondevila / Discursos internos

AutorGustavo Fondevila

El 2014 comenzó vibrante con las declaraciones de principios de año del Secretario de Seguridad Pública (DF), Jesús Rodríguez Almeida, a diferentes medios de comunicación. Desde la afirmación de que el 98% de la Policía capitalina es honesta hasta que su mayor logro es que "que la ciudadanía vea a la Policía como parte de ella" y finalmente, su gran orgullo: "el valor y entrega que muestran (los policías) por defender a la Ciudad y a los ciudadanos del DF" (REFORMA).

LOS HECHOS.

Desafortunadamente, los hechos, es decir, la realidad, no coincide con los dichos del Secretario. Según la encuesta de victimización CIDE (2013), en 2011 prácticamente el 45% de los entrevistados tenían una mala opinión de la protección policial, y en 2012 ese porcentaje ascendió a 47%. Es difícil de creer que en un año esta gestión haya logrado revertir la opinión de la mitad de la población. Y en términos de abusos policiales, la situación no es mucho mejor.

Como puede observarse, una de cada cuatro personas sufrió personalmente o presenció un pedido de soborno. Si es cierto que el 98% de la Policía capitalina es honesta, entonces el 2% es culpable de la mayor concentración de corrupción de la historia del mundo. Ese porcentaje representa mil 740 policías (del total de 87 mil) que concentran alrededor de 2 millones 250 mil mordidas (sobre 9 millones de habitantes) lo que produce mil 293 delitos cada uno (solamente en el rubro de sobornos) al año.

Estos números rápidos revelan con simpleza que afirmar que la Ciudad tiene la Policía más honesta del mundo es un delirio optimista sin ningún fundamento. Las declaraciones emitidas sin datos, ni estudios, ni diagnósticos, ni siquiera sobre la base de una argumentación, son un testimonio político (López Portillo) bastante simplón que ha provocado estupor e indignación en la comunidad de expertos de la seguridad pública. Pero no en la institución policial, donde fue recibida con agrado y no porque los jefes policiales se crean estas bobadas, sino porque entienden el mensaje implícito del Secretario. Es uno de ellos hablándole...

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