Gustavo Fondevila / La depuración policial

AutorGustavo Fondevila

En las últimas semanas, el Secretario de Seguridad Pública -Manuel Mondragón y Kalb- ha comenzado a presumir de los logros de su gestión. Por ejemplo, la profunda depuración de los cuerpos policiales de la Ciudad que ha llevado a dar de baja a 7 mil agentes en los últimos cuatro años, en su gran mayoría por casos de corrupción. En sí mismo - hay que decirlo- es un gran éxito. Pero es uno de esos trofeos que es mejor no exhibir con demasiada alegría.

LA INFILTRACIÓN

Porque bien mirada, la cifra es escalofriante. Si se considera que el número total de policías en la Ciudad es de alrededor de 80 mil elementos, entonces, en cuatro años se han detectado situaciones directas de corrupción (o de la comisión de delitos graves) en el 8.75 por ciento de la corporación policial. Esto significa que se expulsaron policías a un ritmo de entre 9 y 15 elementos por semana. Es decir, que cada 7 días, se inició esa misma cantidad de investigaciones internas en la Dirección General de Inspección Policial. Sin incluir aquellos casos en los que se remitió al policía directamente al Ministerio Público (lo que todavía es mucho más grave). Un ritmo verdaderamente arrollador para cualquier tipo de organización (pública o privada), mucho más para una institución del Estado dedicada a brindar paradójicamente "seguridad" a las personas. Si se tratara de una empresa, estaría al borde de la quiebra o del cierre total, pero en el caso de la Policía del DF, la corporación sobrevive sin inmutarse. Es un número sencillamente devastador que muestra el lado oscuro de la victoria de Mondragón y que plantea varios problemas: a) la dimensión de la infiltración criminal en la Policía, b) el fracaso del sistema reclutamiento e ingreso a la institución, c) la capacitación a delincuentes y d) la falta de seguimiento a los expulsados.

  1. Para comenzar, si casi el 9 por ciento de la institución fue expulsada, se puede intuir con cierta tímida certeza que la corrupción real debe triplicar ese número. Los policías tienen amplia experiencia en evadir controles institucionales y candados normativos. Los que fueron atrapados son apenas la punta del iceberg. Esto habla de un grado de infiltración en la institución que ya no se soluciona con depuraciones sino con reestructuraciones completas.

  2. La depuración debe ser una herramienta complementaria en la institución, pero la estrategia principal debe estar centrada en el reclutamiento y en la formación de los nuevos policías. Si la depuración...

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