Guillermo Velasco / Borrachos y toritos

AutorGuillermo Velasco

La próxima implantación de los controles de alcoholemia en la Zona Metropolitana de Guadalajara, y de forma paralela a éstos la apertura del centro de reclusión temporal para quienes conduzcan bajo los efectos de bebidas embriagantes, bautizado ya por algunos como el "Torito" tapatío, es una medida adecuada, aunque no suficiente, para reducir los accidentes automovilísticos, muchos de los cuales suceden por la fatal combinación de alcohol con el volante.

Esta medida, impulsada en buena medida por el diputado Miguel Castro, coordinador de la bancada priista en el Congreso de Jalisco, y por diversos colectivos que luchan por reducir los accidentes provocados por quienes conducen en estado inconveniente, podrá ser un buen tanto para el Gobierno encabezado por Aristóteles Sandoval, en particular para la Secretaría de Movilidad.

Ciudades de vanguardia y con altos estándares de calidad de vida en el mundo han impulsado este tipo de controles con resultados satisfactorios. El Torito local será promocionado por el Gobierno estatal como un logro relevante. Es cierto que podrán pagar justos por pecadores, pues es posible que se detenga en ocasiones a personas responsables que bebieron de forma no excesiva, pero que en la prueban superarán los límites permitidos de alcohol en la sangre, y se les dará el mismo tratamiento que a otros que de forma irresponsable se ponen al volante en franco estado de ebriedad, constituyendo un peligro para todos.

En cualquier caso, son más las ventajas para la sociedad que los inconvenientes que pueda representar para algunos, la colocación de puestos de revisión de automovilistas para disminuir los accidentes viales provocados por el consumo de alcohol. El Gobierno deberá garantizar, sobre todo, una aplicación estricta e implacable de la medida, que evite a toda costa cualquier clase de tratamiento especial o consideración, en virtud del patético influyentismo que prevalece en nuestra sociedad.

Es cierto que quienes sean detenidos por las mujeres policías, garantes de la sobriedad al volante, para ser sometidos al alcoholímetro, deberán pensar dos veces el recurrir al "charolazo" o al cargo que ostentan, para evitar ir a dormir al Torito, en donde vivirán los efectos de la...

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