Guillermo Velasco Barrera / Solo y errático

AutorGuillermo Velasco Barrera

El Presidente ya no ve lo duro sino lo tupido. Cada semana sucede algo que contribuye a disminuir su popularidad, la más baja que ha tenido un Presidente de México desde que se mide de forma recurrente la imagen presidencial. Peña Nieto llega a su cuarto informe de gobierno confrontado con diversos sectores de la sociedad, con un priismo dividido y decepcionado, y con un grupo de colaboradores que cada vez se demarca más de su jefe, para no irse con él al precipicio.

La visita de Donald Trump el pasado miércoles es una raya más el tigre, una pifia más del Presidente, o de quienes lo inducen con gran perversidad a su fracaso. Y más que la visita en sí del magnate republicano, lo patético fue el manejo de la misma por parte del gobierno federal.

Trump se vendió como presidenciable, fue noticia a nivel mundial con una jugada "diplomática" magistral, en el que se ratificó en su política migratoria buscando mostrar las bondades globales de la misma, para horas después reafirmarse en la construcción del muro, discurso que le ha dado buenos resultados.

Peña fue utilizado por Trump, quien requería esa foto para mostrarse al sector republicano que actualmente lo ve como un "chivo en cristalería", como un hombre con visión de Estado. En cambio el Presidente de México recibió el reclamo de millones de mexicanos que ingenuamente exigían que el candidato republicano se disculpara con nuestro país, cuando su viaje a territorio mexicano fue sólo una jugada más para ganar votos en Estados Unidos.

Pero lo de Trump, insisto, es sólo un episodio más en la ruta de descrédito del Presidente, quien llega a su quinto año de gobierno confrontado con un amplio sector del empresariado, que además de padecer políticas fiscales asfixiantes se ha visto decepcionado por la parálisis del gobierno federal para aplicar la ley, y liberar a varios estados del país del caos y el estrangulamiento provocado por delincuentes y agitadores que se dicen maestros.

Peña Nieto llega a este punto del sexenio entre sospechas de corrupción y conflicto de intereses en su círculo más cercano, comenzado por su propia familia. Llega habiendo pedido disculpas por el escándalo de la "Casa Blanca"...

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