Guías en el paraíso

AutorCristina Moreno

Enviada

"Cuando estaba en la milpa, nunca pensé que iba a terminar haciendo esto", expresa Alfredo con una sonrisa franca, en tono que denota plena satisfacción por realizarse como guía de turistas en ese paradisiaco lugar llamado por los mayas Sian Ka'an, cuya traducción es "donde nace el cielo".

Él, junto a un grupo de amigos y habitantes del poblado de Muyil, en Quintana Roo (a 140 kilómetros de Cancún), buscó la oportunidad de formar Community Tours, cuyos esfuerzos están encaminados a promover de manera ecológica ese rincón rico en flora y fauna, alguna vez habitado por sus ancestros mayas.

Su labor como guías es valiosísima, ya que durante el recorrido por la densa selva y diferentes ecosistemas van mostrando lo que aprendieron de sus padres y abuelos, conocimientos útiles de herbolaria que funcionan igual que costosas medicinas o incluso alimentos.

De entre la vegetación arranca una rama y explica que es la materia prima de la que hacen sus tortillas. Incluso, da a probar las hojas de tamaño mediano, cuyo sabor es sorprendentemente agradable.

El recorrido sigue y muestra otra planta que, cortada por un chamán, mezclada con algunas otras hierbas, sirve para combatir la mordedura de víboras.

Algunos pasos después de ver las ruinas que dejaron los mayas en el territorio, incluyendo lo que queda de un camino que conducía a Tulum, Alfredo toma un pequeño palito, y de la corteza de un árbol saca un líquido transparente, de exquisito aroma y que es usado como incienso por su pueblo.

En varios cientos de metros también mostró árboles de chicozapote (del que se saca la materia para hacer chicles), otro altísimo de hojas ligeramente alucinógenas, uno más cuya jugosa corteza desprende un líquido oscuro, sustituto del chapopote.

De pronto, cuando el cuerpo empieza a padecer los estragos del calor húmedo, se ve una laguna. En esa zona específica es posible entender por qué el lugar es asociado con el cielo.

Antes de pasar a la siguiente parte del tour, el grupo de guías ya tiene preparada una mesa llena de charolas con frutas frescas perfectamente presentadas, botellas de agua y refrescos para los caminantes sedientos.

Después de la pausa refrescante, los guías suben a varias pequeñas embarcaciones para empezar a cruzar la Laguna de Muyil y la Laguna de Chunyaxche, conectadas por un canal artificial hecho por los mayas.

En el canal, dan luz verde para colocarse los chalecos salvavidas y así recorrer flotando el río de agua dulce con una...

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