Eduardo Guerrero Gutiérrez / ¿Un capo institucional?

AutorEduardo Guerrero Gutiérrez

La captura de Joaquín Guzmán Loera, El Chapo, será sin duda un hito en la historia del narcotráfico. Guzmán Loera es la cabeza visible del Cártel de Sinaloa, la organización criminal más poderosa de México y tal vez del mundo; también es un capo longevo, que lleva casi un cuarto de siglo al frente de su organización. El Chapo es excepcional por varias razones: no sólo es un criminal sin escrúpulos; también es un hombre de negocios sobresaliente y políticamente hábil, que supo cultivar una imagen benigna entre la población y las autoridades. Sin duda, El Chapo es responsable de un altísimo número de muertes. Para fortalecer al Cártel de Sinaloa propició algunos de los conflictos más violentos de la historia reciente del país, entre los que se cuentan las disputas por el control de Tijuana y Ciudad Juárez. Sin embargo, El Chapo evitaba que los enfrentamientos, ejecuciones o "levantones" se atribuyeran directamente al Cártel de Sinaloa (para dichas tareas subcontrataba "brazos armados", como Gente Nueva o Los Mexicles). Guzmán Loera supo capitalizar su imagen de un mafioso honorable y benefactor de la comunidad. Su organización cuenta con un auténtico respaldo popular en varias localidades de Sinaloa, por lo que no sorprenden las manifestaciones para pedir su liberación. Por su parte, las autoridades tienden a considerarlo el menor de los males. A veces de forma activa, a veces tácitamente, el Cártel de Sinaloa fue favorecido frente a su principal rival: Los Zetas (una organización que, en contraste, pretendió operar con base en la intimidación y el terror, y que hoy se encuentra prácticamente desmantelada).

Ante una captura de tan alto nivel es necesario valorar el riesgo de un escalamiento de la violencia (como el que detonó el arresto de Alfredo Beltrán Leyva, El Mochomo, en 2008). La captura de El Chapo inevitablemente generará dificultades para el Cártel de Sinaloa. Guzmán Loera tiene contactos y reputación en círculos criminales clave de Sudamérica y Estados Unidos. Quien lo reemplace deberá demostrar a dichos círculos que tiene la capacidad para seguir conduciendo el negocio. También es probable que se registren algunas fricciones al interior del cártel. Por ejemplo, se pueden suscitar episodios de violencia si el nuevo líder del cártel intenta remover de posiciones clave a personas cercanas a El Chapo. Sin embargo, a diferencia de otros cárteles, Sinaloa es una organización de viejo cuño, con una cúpula de líderes que...

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