La Guerrera Isis es una amante del pasado

MÉXICO, D.F., agosto 4 (EL UNIVERSAL).- La vida de la Guerrera Isis está lejos de ser banal. Suele azotarse sobre un ring para sacar a la fiera que lleva dentro, pero lejos del enlonado se transforma en una amable guía de museo que ama la historia, la comparte y la disfruta sin máscaras.

“Estudio historia en la ENAH y trabajo en un museo. La historia me fascina, es más que aprender fechas, es ver más allá de la historia de mi país y del mundo”, presume.

El museo de Medicina de la UNAM es su casa, ahí trabaja y hace del pasado un placer para los visitantes: “Cuando estoy ahí soy otra, platicar la historia me apasiona y ver que la gente sale con una visión distinta de ella me complace”.

Además, fuera de las arenas y el gimnasio libra dura batalla para mantener la incógnita; en casa está prohibido el tema, pero ella no se rinde.

“Mi familia no sabe que soy luchadora, vivo en misterio total, son muy tradicionalistas y no están de acuerdo con que les peguen a las mujeres aunque yo lo veo como un deporte más”, comenta.

— ¿Para qué meterte entonces a luchar?

— He hecho mucho deporte en mi vida pero siempre fui fan de la lucha libre, cuando conocí el medio me di cuenta de que es lo mío.

— ¿Qué te hace distinta a las otras luchadoras?

— Soy muy aferrada, me ven delgadita pero sé defenderme en cualquier estilo y la diferencia es que me gusta hacer cosas nuevas y no repetirse en el ring”.

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