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Empaña guerra sucia campaña venezolana

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Vincent
AutorCristina Marcano

Especial

CARACAS.- Desde que la campaña electoral por la Presidencia venezolana entró en su fase final, se ha vuelto cada vez más ruda. Uno tras otro se suceden deserciones, acusaciones de sobornos, sabotajes de mítines, espionaje, videos comprometedores y documentos apócrifos.

"Aún no se ha visto la película completa de la guerra sucia", advirtió esta semana el candidato opositor Henrique Capriles, quien ha tenido que lidiar con la amenaza de grupos chavistas armados, como los que hace más de una semana quemaron coches de su comando, robaron equipos y dispararon dejando 14 heridos.

"Al comenzar el último mes de campaña, el Presidente dijo que se radicalizaría la campaña, y ya vemos qué entiende Hugo Chávez por radicalización", advirtió el político izquierdista Teodoro Petkoff, editor del diario Tal Cual, quien cuestionó que no se investigue a los extremistas.

Chávez asegura que si Capriles gana, habrá una guerra civil en Venezuela, mientras que la Oposición acusa al Gobierno de empantanar su campaña para desprestigiar a su candidato y atemorizar a los votantes.

También ha habido otro tipo de disparos, como la denuncia del ex Gobernador chavista David de Lima, quien mostró un presunto plan neoliberal de Capriles, tras lo cual un diputado opositor se alineó con el oficialismo.

Pero el golpe más duro provino de la difusión en la televisora estatal de un video clandestino que mostraba al diputado Juan Carlos Caldera, miembro del comando de campaña opositor y aspirante a la Alcaldía del Municipio caraqueño de Sucre, mientras recibía dinero de un hombre que le pedía facilitar un encuentro con el candidato opositor a la Presidencia.

Capriles expulsó inmediatamente al parlamentario de su comando de campaña.

Caldera, quien esta semana dejó su cargo para facilitar una investigación, aseguró que le tendieron una trampa en la que participaron el millonario chavista Wilmer Ruperti y su jefe de seguridad, con el fin de dañar a Capriles. Agregó que el dinero, equivalente a 9 mil 300 dólares, lo gastó en su campaña local.

Las acusaciones pasaron de soborno a financiamiento ilícito.

"Llegaremos hasta las ultimas consecuencias"...

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