Subterráneo/ Guerra perdida

La paradoja es evidente: Estados Unidos y Gran Bretaña van a terminar perdiendo la guerra que van a ganar. O para diluir un poco la contradicción: el triunfo militar quedará oscurecido por una grave derrota política y humana. A la larga, estadounidenses e ingleses van a perder más de lo que puedan llegar a ganar.

Lo curioso es que ellos solitos se metieron en este callejón sin salida y cada una de las excusas y razones que han dado para ocupar Iraq sólo han servido para hacer que se enloden más.

Recuerde el pretexto original: según Bush, EU tenía que entrar a fuerzas en Iraq porque el gobierno de Hussein tenía armas de destrucción masiva. Se trataba, pues, de combatir el terrorismo y salvar a la humanidad de ese flagelo. La insistencia y terquedad de Bush obligaron al Consejo de Seguridad a emitir la resolución 1441 con el único propósito de desarmar a Iraq. La aparente desobediencia de Hussein, o cuando menos el evidente desgano con que atendió la resolución, le dio al mini presidente estadounidense un motivo para amenazar con guerra.

Tras de varios incidentes, la ONU creó el Colegio de Comisionados para vigilar Iraq y un grupo importante de inspectores anduvo recorriendo de arriba para abajo las tierras de Hussein por casi tres meses sin encontrar nada. Como no podían afirmar con plena certeza que no hubiera nada, los inspectores pidieron un mes más de plazo, pero a Bush ya se le tostaban las habas por ir a la guerra y lanzó una nueva excusa.

El segundo pretexto fue una variante del anterior: se seguía tratando de acabar con la amenaza terrorista en Iraq, pero ahora lo importante era sacar a Hussein cuanto antes. En el alegato original con la ONU nunca se tocó ese punto. Tony Blair, el primer ministro británico, llegó a decir que en un mundo ideal Hussein dejaría el gobierno iraquí, pero la guerra era para acabar con las armas de destrucción masiva, no para cambiar al régimen. No obstante, poco a poco, y a la vez que las armas dichosas se fueron volviendo ojo de hormiga, fue adquiriendo importancia el pretexto de que la guerra era realmente para derrocar a Hussein.

La tercera versión de la excusa, que es en la que estamos, no es sino la segunda depurada. Como de las armas ni sus luces, la...

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