La guerra que detonó suicidios de militares

Andrés M. Estrada

CIUDAD DE MÉXICO, mayo 27 (EL UNIVERSAL).- Sus compañeros corrieron hacia la camioneta cuando escucharon el disparo... Al llegar, vieron su cuerpo desvanecido sobre el asiento e intentaron brindarle los primeros auxilios. Fue inútil. El soldado de infantería se había quitado la vida con su arma de cargo la tarde de ese miércoles, en un puesto de control en Matamoros, Coahuila.

Aurelio Arcos López tenía pocas semanas de haber llegado para apoyar el Operativo Laguna para combatir a los cárteles de Sinaloa y "Los Zetas". Apenas si rondaba los 26 años ese 16 de octubre de 2013. Las causas que lo llevaron a quitarse la vida se desconocen.

A más de 10 años de que los elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se integraron a las labores de seguridad y lucha contra el narcotráfico en México, se ha documentado que esas actividades les han sumado experiencias de mucha presión al ser actores y testigos de infinidad de hechos violentos que les genera estrés postraumático.

Las funciones que se les han encargado desde entonces son policiales y no militares.

Son funciones que no les competen ni son de su atribución, señala Martín Gabriel Barrón Cruz, especialista en temas de seguridad e investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe).

Aunado a esto, señala Barrón Cruz, enfrentan "una serie de problemas que incluye los ritmos de trabajo con horarios inadecuados de 24 por 24 por 24? O sea: no hay descanso".

También el ámbito familiar de los elementos se ha visto deteriorado. Gloria López Santiago, sicóloga criminal y forense, destaca que estos horarios les ocasionan un estrés laboral y el distanciamiento de sus familias, "muchos tienen problemas de separaciones, divorcios o no hay contacto con los hijos".

A esto hay que agregarle la situación de estar en combate constante y la sensación de desamparo, señala Gustavo Fondevila, especialista en seguridad y académico del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE).

A decir de los expertos, estos factores, entre otros, los han afectado de manera emocional y pueden derivar en padecimientos como depresión y ansiedad.

Un daño colateral de la guerra contra el narco puede observarse en los 110 militares de la Sedena que se suicidaron (5 del sexo femenino y 105 masculino) del 1 de diciembre de 2006 al 31 de diciembre de 2016, en donde la Ciudad de México, Estado de México y Guerrero están a la cabeza, con 46 suicidios, de acuerdo con varias solicitudes de...

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