Guardianes del tiempo y el arte

AutorGuillermo Leal

E l concreto y el bronce lograron inmortalizar a algunas de las grandes figuras, que han formado parte de los 55 años de historia en la Plaza México.

Figuras vivas que son ahora esculturas y más que eso, guardianes del arte y el tiempo...

En la monumental capitalina está el conjunto escultórico taurino más importante del mundo.Dos años antes de su inauguración, en 1944, Neguib Simón quien creó la Ciudad de los Deportes, contrató al escultor valenciano Alfredo Just para que realizara 20 esculturas que adornarían la barda de la Plaza México, cada una de ellas realizada de concreto y con una tonelada de peso.

Con un grupo de diez personas, trajes de luces, capotes y hasta un toro de lidia vivo comenzaron un proyecto que quedó inconcluso, no pudieron entregar la obra completa por falta de recursos económicos.

Sin embargo, las primeras esculturas que fueron colocadas para restarle austeridad a la plaza más grande del mundo fueron:la de "Manolete ", que se inauguró en el ruedo;El Encierro, tradicional en la puerta principal de la plaza y con un peso de diez toneladas y la que más trabajo les costó;Rodolfo Gaona, la que al gusto de Humberto Peraza es la que tiene más méritos para estar ahí;Alberto Balderas, Silverio.

El maestro Humberto Peraza, uno de los escultores más reconocidos en América Latina, tuvo la suerte de formar parte de aquel grupo de diez personas que, comandadas por Just, comenzaron esta aventura que rebasa, en edad a la México, pues las esculturas se realizaron a mediados de 1944.

"Sí, yo le ayudé mucho a mi maestro, un hombre con carácter, pero todo un artista en la extensión de la palabra.Y fue muy bonito, porque l ser yo novillero y gustarme la escultura, cuando me pasaron el rumor que harían esculturas, llegué ahí a un lado en donde se supone sería la Plaza México y la primera semana fue de desastre, me quería correr, sin embargo con el tiempo fui aprendiendo y llegué a ser uno de los hombres de con.anza del maestro Just ", afirma Peraza.

Por ese estudio, apenas de lámina hecho, pasaron las grandes figuras del toreo.

"La mayoría de las esculturas se hicieron con el modelo natural ", dice el escultor.

Por ahí pasó Manolete, Gaona, "El Boni "(Rafael Perea), Carlos Arruza, "Joselillo ", Liceaga (Eduardo)y hasta "Solovino ", un astado bravo de la ganadería de La Trasquila, que devolvieron del ruedo al corral por manso y el grupo de escultores decidió domesticarlo, lo que milagrosamente lograron.

"Uy, qué recuerdos con ese...

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