Guadalupe Loaeza / Terremoto social inacabable...

AutorGuadalupe Loaeza

En México todos los días tiembla. Mejor dicho, los mexicanos temblamos diariamente. Basta con consultar cualquier noticia de cualquier diario, de cualquier país, que tenga que ver con México, para ponernos a temblar de vergüenza, de rabia y, naturalmente, de miedo. Ayer, temblé como hoja de árbol otoñal cuando leí en el portal del diario español El País: "El Ejército mexicano observó la persecución en Iguala sin impedirla". Líneas abajo, temblando, leí: "Ninguna fuerza del Estado que tuvo conocimiento de los hechos actuó en protección de los normalistas", declaró el grupo de expertos de la Organización de Estados Americanos, que revisara el caso. Cuántos lectores mexicanos de la revista The Economist (17 de septiembre) no habrán temblado cuando leyeron el tema principal de la portada de esta semana, con el título: "The Two Mexicos and the lessons for development". Aunque el reportaje aclara que México tiene mucho a su favor en este momento; no deja de señalar que: "...un país que ha apostado por sus considerables ventajas en parches de la modernidad, pero ha fracasado singularmente para erradicar la pobreza en todo el país...". Me temo que desde el temblor de 1985, los mexicanos no hemos dejado de padecer todo tipo de temblores, los físicos, los políticos y los económicos.

Hace diez años entrevisté a Carlos Monsiváis, precisamente respecto a los veinte transcurridos en relación al terremoto. Para el cronista, a pesar de que ese 19 de septiembre la población se empoderó, el temblor más grave que vive a diario el país es la desigualdad. "Todo lo que estamos viendo de la emergencia del narcotráfico, y esta cuota diaria, este sacrificio ritual del que nos enteramos todas las mañanas, es una catástrofe, y es una catástrofe la gente que no tiene para comer, y es una catástrofe la presencia del hambre en todos los hogares de la pobreza, y es una catástrofe agudísima el desempleo, porque el desempleo es una constancia precisa, diaria, abrumadora de tus límites, no eres porque no tienes empleo, y no tienes empleo porque no eres, este círculo viciosos del aplastamiento". Me habló igualmente de la solidaridad: "Solidaridad el jueves y Sociedad Civil el viernes. En el momento en que esos dos términos se cruzan, está claro lo que...

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