Guadalupe Loaeza / Sos-pe-cho-sis-mo

AutorGuadalupe Loaeza

Siempre lo sospeché. Sospechaba que el vocablo "sospechosismo" no había sido de la autoría de Santiago Creel, como suele decirse desde 2004, cuando entonces el panista era secretario de Gobernación. "La palabra es adecuada, porque significa andar sospechando de todo, es más bien una actitud", dijo en una entrevista que le hiciera Víctor Trujillo, para el noticiario "El cristal con que se mira", a donde había ido a defender su expresión, ya que había causado un gran revuelo especialmente entre los políticos. Lo que resulta sumamente sospechoso es que Creel nunca haya aclarado que la palabra no nació de su "ingenio". Pero afortunadamente Carlos Fuentes nos despejó la sospecha en su libro En esto creo, p.159: "Hay en México demasiados 'sospechosistas', como los llamaba Daniel Cosío Villegas. México sería la víctima eterna de una vasta conspiración extranjera para explotarnos, ridiculizarnos, humillarnos". Por lo que se refiere al historiador Cosío Villegas, leemos en su libro de artículos Crítica del poder: "El mexicano es sospechosista por naturaleza". Y en el de sus Memorias, escribió: "Casi de un modo inevitable, alguna gente de esa que he llamado 'sospechosista' soltó la conseja de que el presidente Echeverría nos había pagado el viaje".

Si viviera don Daniel Cosío Villegas (1898-1976), seguramente corroboraría cómo el mal del "sospechosismo" nos sigue aquejando y, actualmente, ya se encuentra en el DNA de los mexicanos. Todos sospechamos de todos y de todo. Ya nadie cree en nadie ni en nada. Cuando vemos un sacerdote caminar a lo lejos, en seguida pensamos: "seguro es un pedófilo". Basta con que vayamos a un banco a depositar un billete de 500 pesos para que la cajera lo tome entre sus dedos, lo aleje de su vista y lo observe con cuidado a contraluz para saber si es falso. Si vamos a la pollería y pedimos un kilo de pollo, lo primero que preguntamos es: "¿Seguro que está fresco?". "Puede estar usted segura", contesta el empleado. Al llegar a nuestra casa, lo primero que hacemos es olerlo. Aunque el ave no tenga un olor extraño, lo ponemos a cocer con muchas sospechas. Cuando leemos las noticias referentes a la explosión de Pemex, nos preguntamos a pesar de no tener bases: "¿No será un auto atentado para causar pánico entre la sociedad? ¿No serán los Zetas?". Pocos asuntos púbicos han causado tanto "sospechosismo" como la reciente liberación de Florence Cassez: que si EPN no habrá negociado con el gobierno francés; que si los jueces no...

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