Guadalupe Loaeza / 'Pussy power'

AutorGuadalupe Loaeza

Soy otra. Antes y después de la marcha de las mujeres en Washington, soy otra.

Tuve el privilegio de asistir y ser testigo de una de las manifestaciones más concurridas por mujeres muy enojadas, indignadas, pero, sobre todo, resueltas a defender sus derechos. Mujeres de todas las edades, religiones, posturas políticas y nacionalidades nos unimos en una sola voz para gritarle a Trump. Para recordarle que somos dueñas de nuestro cuerpo, que estamos unidas y que vamos a resistir.

"My body, my choice", decían muchas pancartas. "Our bodies, our minds, our power", decían otros. Y "Free Melania".

Hacía mucho tiempo no me sentía tan acompañada en mi condición de mujer. Hacía mucho tiempo no me sentía tan orgullosa de serlo. Y hacía mucho tiempo no me sentía tan comprometida con otras mujeres. Hacía mucho tiempo no caminaba tanto y con tanta firmeza, dando pasos seguros y con un solo destino: la Casa Blanca, donde vive ahora un Presidente payaso.

Éramos tantas, que sin exagerar marchábamos hombro con hombro, de vez en cuando nos sonreíamos y hasta hacíamos bromas acerca de las pequeñas manos de Trump. "¿Cómo puedes construir un muro con esas manitas?", gritábamos divertidas.

De pronto salió a nuestro encuentro una mujer llevando un brazo gigantesco hecho en papel maché y una mano minúscula. Era su cartel de denuncia. Mientras bailaba y cantaba la canción "Quiet" cuya letra dice: "I can't keep quiet", entre la multitud, le aplaudíamos y le tomábamos fotos.

Prácticamente todas llevaban un cartel y su "pussy hat", el gorro anti-Trump, como símbolo de los derechos de las mujeres. Unos eran tejidos en crochet, otros en pura lana, en angora y hasta de peluche.

Las celebridades que asistieron a la marcha también lo llevaban, Madonna, Cate Blanchett, Whoopi Goldberg, Amy Schumer. Muchas de las ponentes como Gloria Steinem, Angela Davis y Scarlett Johansson, también traían su gorro. Incluso vi a muchos hombres son su gorro rosa.

Además del gorrito, los niños llevaban sus bufandas rosas y sus chamarras del mismo color. Si levantaba la cabeza y veía a lo lejos la marcha con más de 500 mil personas, era como ver un río de gorros rosas.

"La idea la tuvieron el pasado 23 de noviembre Krista Suh y Jayna Zweiman, una guionista de comedia y una arquitecta (que vivió en Barcelona y Madrid), amigas residentes en Los Ángeles a las que le gusta tejer en sus ratos libres. ¿Y si la marcha de mujeres de Washington...

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