Guadalupe Loaeza / El Oro

AutorGuadalupe Loaeza

Quiere usted terminar una novela de amor o histórica, un ensayo político, una biografía, un libro de cuentos o unos poemas inconclusos? ¿Quiere usted hacer un balance de su vida, reflexionar a profundidad, ordenar sus ideas y dormir como los propios ángeles? ¿Quiere usted desconectarse por completo de las presiones cotidianas, no ver ni escuchar las noticias, respirar aire puro, caminar bajo enormes pinos, cedros, sauces y encinos? En estas vacaciones, ¿quiere usted convivir realmente con su familia, platicar sin prisas con su pareja, tomar fotografías, hacer bicicleta de montaña y montar a caballo? ¿Quiere usted ser testigo de unos amaneceres cubiertos de neblina y de unas puestas de sol llenas de romanticismo y misterio? ¿Quiere usted descansar, ser feliz, olvidarse de sus deudas, escuchar música, leer y acordarse de vivencias que creía haber olvidado? Y por último, ¿quiere usted conocer lo que es el verdadero silencio campestre lejos del ruido y la contaminación auditiva?

Venga usted a visitar y a pasar unos días en El Oro, Estado de México. Un pueblo mágico que se encuentra a tan sólo 163 kilómetros del Distrito Federal y está entre 2 mil 500 y 3 mil 200 metros de altura sobre el nivel mar. En 1772, descubren en este territorio y sus derredores, 100 minas de oro y plata. A fines del siglo 19, en pleno auge minero, emigran para trabajar en ellas muchos europeos, además de chinos, libaneses y hasta escoceses. Por esas fechas, 1907, se construyó el teatro Benito Juárez con un estilo totalmente Art Nouveau. Allí vino a cantar, en 1919, el rey de los tenores, Enrico Caruso, y dicen que por las noches todavía se escucha su voz entonando O Sole mío. Lo que es también admirable es su palacio municipal, el cual parece un castillito. Cerca de él, se encuentra un tiro de mina reconstruido por las autoridades municipales que se llama El Tiro Norte (próximamente abrirán un restaurante temático sobre la vida minera), dirigidas por su Presidente, Rogelio Garnica, a él se le debe el esplendor de lo que era un pueblo abandonado, el cual actualmente es un lugar lleno de añoranza, limpio y alegre. A 20 minutos de El Oro, está otro pueblo mágico que se llama Tlalpujahua (aquí se fabrican las mejores esferas que se exportan por todo el mundo. Se dice que entre este pueblo...

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