Guadalupe Loaeza / 'Ojos que sí ven...'

AutorGuadalupe Loaeza

En esta Navidad, no nada más hay que pensar en los juguetes que les regalaremos a nuestros hijos, hijas, nietos y nietas; también hay que acordarse de los menos afortunados, no nada más en términos económicos, sino en los y las niñas que han sido víctimas de la explotación infantil, un problema que está allí, pero que desgraciadamente nuestras autoridades se niegan a enfrentarlo a cabalidad. Ellas son dueñas de unos ojos que no ven..., que no quieren ver, que se niegan a abrirlos, por más que existan miles de denuncias, testimonios, estadísticas y libros tan importantes como los de Lydia Cacho, Los demonios del Edén y Memorias de una infamia. En el primero denuncia a la mafia de la pederastia en México, involucrando a personajes de triste memoria como Kamel Nacif y Jean Succar Kuri (líder de una organización de pederastas) y en el segundo, describe la historia de su secuestro (orquestado entre Nacif y el "góber precioso"), la tortura, las amenazas y los abusos policiales de los que Lydia fue objeto.

Pero afortunadamente ni Lydia ni todas las víctimas de las redes de pederastia están solas. Allí está la valiente renuncia, del viernes pasado, de la ex fiscal para delitos contra las mujeres de México, Alicia Elena Pérez Duarte, como repudio al fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, precisamente en el caso de Lydia Cacho: "Yo, como la mayoría de los mexicanos, recibí con consternación lo que sucedió en la Corte en relación a Lydia Cacho. Cuando oí la votación me avergoncé profundamente de formar parte del sistema jurídico y de justicia de nuestro país", dijo Pérez Duarte, cuando se enteró que la mayoría en la Corte había declarado que "no hubo violaciones graves" (EFE).

¿A qué se deberá que las que han denunciado o han manifestado su repudio públicamente respecto a esta cruda realidad de la explotación infantil sean mujeres? Lo digo porque apenas a principios de noviembre se publicó otro libro que aborda el tema, cuyo título lo dice todo: Ojos que sí ven... La explotación infantil (editorial Miguel Ángel Porrúa y Cadenas Humanas). En este caso específico, los ojos que sí quisieron ver fueron los de Cristina Alcayaga, gracias a un trabajo colectivo en el que se documenta la participación de universidades, organizaciones sociales y hoteles, así como el Consejo Coordinador Empresarial, agrupaciones que enfocaron sus energías, sensibilidades, recursos e inteligencias hacia el combate y la prevención de la explotación infantil y la...

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