Guadalupe Loaeza / A Michelle

AutorGuadalupe Loaeza

Hoy, como primera dama de Estados Unidos, realiza su primer viaje oficial a nuestro país. Quiero darle, por lo tanto, la más cordial bienvenida, mi estimada, Michelle. Llega usted a México en un momento muy difícil, pero al mismo tiempo sumamente oportuno, ya que junto con Margarita Zavala, sin duda, tendrán muchas cosas de qué hablar, seguramente abordarán temas que tienen que ver con la educación, la juventud, los problemas sociales e incluso, con una realidad que padecen nuestros respectivos países: ¡la obesidad! Seguramente sabe que México ha alcanzado, por fin, la cumbre de la báscula mundial, es decir somos el país con mayor número de niños con sobrepeso.

Antes de comentarle su maravilloso programa para luchar contra la obesidad: "Let's Move!" (¡Movámonos!), quisiera comentarle algo que tiene que ver con la salud física, empezando con la suya. Le confieso, no sin antes pedirle disculpas por mi atrevimiento, que admiro sus brazos esculturales. Sé que suele terminar sus rutinas de ejercicios con la "superserie formadora de brazos" que consiste en extensiones de cuerdas en poleas con pesas para ejercitar los tríceps y en el uso de mancuernas para los bíceps. Respecto a lo anterior, es usted mi heroína, a estas alturas del partido, temo que no podría hacer los ejercicios ni con las mancuernillas de mi marido. No sabe cómo envidio a las mujeres que pueden usar vestidos sin mangas, así como usted acostumbra, lo cual le ha llevado a ser un referente de la moda. ¡Cómo me gustó el vestido fucsia sin mangas, con el que apareció en la portada de la revista Vogue!

En relación a su programa y al problema de la obesidad en Estados Unidos, el cual se ha triplicado en los últimos 30 años, afectando así al 17% de la población infantil, es decir, uno de cada tres niños tiene problemas de sobrepeso, un día descubrió: "...que mis niñas eran perfectas y no había notado el cambio", cuando en realidad estaban "redonditas" (las quiere tanto que cuando sus entrevistadores le piden que se defina, contesta: soy la mamá de Malia y Sasha). Fue a ver al pediatra y le dijo: "Vigile usted el índice de masa corporal de las niñas". De inmediato se puso manos a la obra. El caso es que Malia, de 11 años, y Sasha, de 8, se han convertido en un ejemplo muy eficaz para su proyecto. Ya no ven televisión, ni se pasan las horas frente a la computadora. Toman leche descremada en el desayuno y llevan agua al colegio, en lugar de refrescos. Su postre es fruta. Y por la noche...

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