Guadalupe Loaeza / Javier Duarte, el fugitivo

AutorGuadalupe Loaeza

El caso de Javier Duarte es el caso más vomitivo de los últimos tiempos; siendo el ex Gobernador de uno de los Estados más pobres del País resulta inadmisible el saqueo que le ha hecho a Veracruz. Javier Duarte es un ladrón, un irresponsable, pero sobre todo es un cínico que pensó que sus tropelías iban a quedar impunes por el solo hecho de pertenecer a un partido en el cual la corrupción es práctica habitual.

¿Por qué se tardaron tanto en expulsarlo? No hay que olvidar que el ex candidato a la Gubernatura de Veracruz, Héctor Yunes Landa, le imploró al PRI que lo removiera de su cargo porque era un lastre para su campaña en el periodo electoral que acaba de concluir. ¿Por qué esperar a que uno de los cómplices de Duarte soltara la sopa y confesara su red de corrupción? He aquí una lección para el PRI y para el resto de los partidos políticos, porque desafortunadamente las prácticas de Duarte no son una excepción, sino la regla de la mayoría de los Estados de este País.

Si Javier Duarte fue capaz de quebrar proveedores, de desviar recursos de los presupuestos de salud y educación destinados a los más pobres en su Estado, si tuvo el descaro de robarse el dinero del Pronapred y de comprar a la prensa local y a una parte de la nacional, si es capaz de todo lo anterior, ¿cómo podríamos asegurar que no es capaz de más? Por ejemplo de pactar con el crimen organizado (salvo que más bien forme parte de él).

¿Qué le pasó a Javier Duarte? ¿En dónde radica su perversidad? ¿Y por qué su partido permitió tanta impunidad durante tanto tiempo? Su caso de corrupción no es un accidente. Durante años el ladrón de Javier Duarte orquestó una sofisticada red para triangular recursos públicos a través de prestanombres, empresas fantasma con domicilios falsos, facturas apócrifas, cuentas bancarias en el extranjero, con la complicidad de amigos y familiares.

Es este tema el que más me indigna. ¿Cómo olvidar que hace más de un año cuando publiqué el texto titulado: "¿Que tal durmió señor Gobernador?" (agosto, 2015), su esposa Karime Macías Tubilla, me escribió una carta indignadísima en la cual defendía a su querido marido a capa y espada: "Uno de nuestros anhelos, como servidores públicos que somos, es que cada persona en nuestro Estado (sic)...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR