Guadalupe Loaeza / 'Cepillín'

AutorGuadalupe Loaeza

Para Mario Malpica.

Por más que el doctor Ricardo González intentaba sacarle una muela a una niña de diez años, no lograba calmar sus gritos, que estaban poniendo sumamente nerviosos a los demás pequeños pacientes que esperaban en la antesala. De pronto el dentista, el mejor de Monterrey, tuvo una idea, ponerse una bola roja en la nariz y empezar a cantar: "Una mosca parada en la pared... en la pared, en la pared...". Poco a poco la niña se fue calmando. Y mientras se la cantaba exclusivamente con la letra "e", después con la "o", la "u" y por último la "i", finalmente le pudo sacar la muela picada, sin lágrimas y con una enorme sonrisa. Unos días después invitaron al doctor González a participar en campañas de higiene bucal para los niños. Llegó a la televisión local con su bola roja en la bolsa, por si llegara a necesitarla. Casualmente por los estudios se encontraba el actor mexicano Germán Robles y al ver al dentista tan nervioso le preguntó: "¿Qué tiene, muchacho?". Para tranquilizarlo empezó a maquillarlo. Cinco minutos después, salió al aire transformado en payasito adorable y tierno. Después de mostrar cómo se debían de lavar los dientes los niños, empezó a cantar: "En un bosque de la China, la chinita se perdió, como yo andaba perdido nos encontramos los dos...". El éxito fue rotundo. Los teléfonos de la televisora no dejaban de sonar para preguntar dónde podían comprar su disco. Fue así como nació Cepillín, quien llegara a grabar 27 discos.

Más de mil emisiones de televisión, tanto en blanco y negro como a color, grabó entre Monterrey y Televicentro. Nunca dejó de trabajar a lo largo de 50 años de trayectoria. Cepillín fue el tercero de siete hermanos. Aunque fue monaguillo, era muy, muy travieso. Muy poco fijado en lo que se refiere al dinero, durante años, le estuvo robando sus ahorros uno de sus hermanos, pero nunca se dio cuenta. Siempre ayudaba a todo el mundo, les compraba cosas a sus hermanos. Era exageradamente generoso. Hay que decir que sus papás no lo apoyaban en su carrera artística. En esa época, el medio artístico era lo peor. Cepillín siempre fue muy visionario. Junto con su socio, tenía un circo que viajaba por toda la República. Pero quien acumulaba todas las ganancias era su socio.

De todo lo anterior platiqué con Cepi, su hijo mayor, Ricardo González Jr., heredero no nada más de su estilo y forma de ser, sino de todo su...

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