Guadalupe Loaeza / Caleidoscopio

AutorGuadalupe Loaeza

No podíamos faltar, era la presentación del libro de nuestro amigo Brian Nissen, nacido en Londres en 1939. El autor no podía tener mejores presentadores: Alberto Ruy Sánchez, Hernán Bravo Varela y Jesús Silva-Herzog Márquez. Cuando llegamos el auditorio de la librería del Fondo Rosario Castellanos estaba llena hasta el tope, incluyendo las escaleras laterales. Como si un ángel me hubiera apartado con anterioridad dos lugares, nos dirigimos hacia ellos y nos instalamos con cara de satisfacción a sabiendas que pasaríamos una velada mágica. Una velada que tenía que ver con el arte, las letras y las "facetas y flashbacks", como reza el subtítulo del libro Caleidoscopio (Edit. Lumen), de un gran artista plástico "anglo-azteca", como el mismo Brian gusta asumirse.

Ruy Sánchez comentaba las anécdotas del libro con tal pasión y conocimiento que se hubiera dicho que él estaba allí por ejemplo cuando Brian llegó a México en 1963, y se hospedó en un hotel rascuache en la calle de Bolívar, la habitación costaba 10 pesos y 15 con ventana. De haber estado Ruy Sánchez allí, seguramente hubiera visto salir a Brian, al otro día de su llegada, toparse con una alcantarilla abierta delante de él y apenas cubierta con un periódico sostenido con cuatro piedras pequeñas. Más que asombrarse, el turista inglés que había venido a nuestro país gracias al libro Bajo el Volcán, sin darse cuenta, acababa de empezar una relación con México, que duraría toda la vida. Alcantarillas peligrosas o no alcantarillas, la ciudad le llamó la atención por su vitalidad y por su magia. A Brian todo le divertía, incluso hasta cuando se perdió, con un mapa en mano en la Avenida División del Norte. Ese día caminó como loco buscando la calle que debía dividir el norte del sur, pero que iba de este a oeste. Claro, el joven Brian nunca había oído hablar de la división del ejército del norte de Pancho Villa.

Las palabras de Hernán Bravo Varela nos llevaron a un viaje alrededor de un caleidoscopio mágico, que como bien dice el escritor chileno Vicente Huidobro, citado en la presentación por Silva-Herzog Márquez, es "ese rebaño de colores que se aleja en el tiempo, ese desfile de mariposas encantadas, ese azar de luces sin destino y pequeños bombones del ojo, que hacen las delicias de la retina", esas mismas delicias sentimos al escuchar las palabras del poeta Bravo Varela. El público, en absoluto...

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