Las Grutas de Cacahuamilpa, Una Mirada Al Paso Del Tiempo

(Material con apoyo fotográfico)

Taxco, Gro., 8 Feb. (Notimex).- Descubierta en 1834, Cacahuamilpa es la más conocida de las grutas mexicanas, donde las rocas calizas de origen marino formaron figuras caprichosas a lo largo de millones de años, entre fuentes, animales, cilindros y otras rarezas que intrigan la mirada de los viajeros.

En el municipio de Pilcaya, en la región norte de Guerrero, se localizan las grutas, que tienen una altura de 21 metros y un ancho de 42 metros, aunque dentro no se percibe diferencia entre la primavera y el invierno, pero sí el paso del tiempo en sus rocas rugosas.

Están formadas por figuras que a su vez forman salones, cifrados en más de 90 y a los que los viajeros bautizaron con nombres, precisamente por sus formas.

Un salón se denomina El Chivo, porque hay una estalagmita que semeja la forma de un macho cabrío; a otro se le conoce con el nombre de Los Confites, por la gran cantidad de concreciones esféricas de carbonato de cal, en torno a una burbuja de aire, un grano de arena o un cuerpo orgánico.

La Aurora, es el nombre de la tercera galería, porque al volver hacia la entrada, la tenue luz que penetra a lo lejos simula los primeros albores de la mañana. Sus paredes están cubiertas con figuras y terminan en una especie de anfiteatro sostenido por una pirámide truncada de 11 metros de base.

La cuarta galería, mide 103 metros de largo, 47 de ancho y 60 de altura, tiene en su primera mitad una estalactita y una estalagmita blancas y brillantes, que parecen un dosel y una silla, razón por la que se le llamó Salón del Trono o Salón del Púlpito.

Están también las galerías del Pedregal -por la gran cantidad de pedruscos que se han desprendido de la bóveda- y la más espaciosa (400 metros de longitud, 40 de ancho y 60 de altura) está dividida en tres secciones.

Una sección es conocida como el Salón del Muerto, porque en él se encontró un esqueleto humano -con la cabeza revestida de cristalizaciones-; otra es el Salón de las Palmas, además de la de Los Órganos, llamada así, porque en sus paredes están de bulto, unos cilindros como cactus que al percutirlos con una piedra producen sonidos.

A otra galería se le conoce como La Fuente, porque de dos tazas sobrepuestas parecen desprenderse chorros de agua congelada.

La marquesa Calderón de la Barca (1806-1882) en su libro "La vida en México", cita las grutas y las da a conocer al general Antonio López de Santa Anna.

Antonio García Cubas narra en las páginas 816 y 817 de...

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