GRM Brainfuck

SIBYLLE BERG

TRADUCIDO DEL ALEMÁN POR NÚRIA MOLINES GALARZA

El milenio

Empezó flojo.

Ni efecto 2000.

Ni una puta catástrofe.

Los habitantes del mundo occidental se habrían alegrado de que tras los interminables y anodinos años noventa por fin pasara algo. Algo que no tuviera nada que ver con una crisis financiera que solo serviría como chute de emociones para los banqueros de inversión en esos últimos metros antes de que sus cuerpos fibrados chocasen contra el asfalto al tirarse por la ventana. ¿Mi cuerpo tremendamente fibrado reventaría contra el suelo como el cuerpo blanco, gordo y fofo de un perdedor? ¿O rebotaría y saldría volando por los aires?

El milenio, recién estrenado, tenía un nombre. Se llamaba TDAH. Y en cursiva, como subtítulo: Vamos a poner toda esta puta mierda en su sitio.

Era la época en la que Facebook se había hecho grande. En la que mucha gente mayor pensaba que en internet no había nada más que esa plataforma de lerdos.

Era la época del bombardeo de fake news, de la manipulación masiva. La gente se volvió rápidamente adicta a los likes de 8 desconocidos. Los jóvenes se engancharon aún más rápido a ese subidón compuesto de acoso, violencia, sexo y gilipolleces. Era la época en la que a la crueldad real de la gente se le añadía también la virtual.

En la que la búsqueda desesperada de comprensión se convirtió en la rabia del ignorante.

Nunca había habido semejante oleada de teorías de la conspiración. El Vaticano, los hermanos Koch, la Sociedad Hayek, el Club de Roma, los reptilianos, los terraplanistas... En un mundo con una situación que cada día se volvía más compleja, entre la población creció el deseo de que apareciera un dios del trueno.

Era el preludio de algo.

Cualquier instante es el preludio de algo.

Así, más tarde, cuando el milenio ya hubo calentado un poco, se produjo un acontecimiento colectivo que unió y conmocionó a toda la humanidad: un avión se estrelló contra el Pentágono y dejó un agujero a su paso; parecía como si alguien hubiese excavado un túnel en un castillo de arena con la mano mojada. Otros dos aviones impactaron contra sendos rascacielos. Las torres se desmoronaron y la gente volvió a saltar por la ventana.

Era el milenio en el que surgiría la duda sobre la población mundial. Se volvió normal desconfiar del Estado y de los Servicios Secretos, de la prensa y de la gente con gafas, del parte meteorológico, de los libros, de las vacunas, de los científicos y de las mujeres.

El nuevo milenio desplegó todo un abanico de ventajas imbatibles para las personas que tenían la suerte de acabar de nacer. En todo el planeta, a la población le iba mejor. Se decía. La gente vivía más tiempo, más feliz, mejoró la educación y los bebés sobrevivían los primeros años de vida. Todo cosa de los mercados. Un brindis por los mercados.

También hubo un par de perdedores. Habían tenido mala pata o no se habían esforzado lo suficiente para triunfar. Todo el mundo podía hacer algo con su vida. Pero había que ponerle ganas. Maravilloso.

Se extrajeron combustibles fósiles. Se consiguió liberar gas natural y petróleo del suelo marítimo mediante fracturación hidráulica. Stuxnet -el virus informático- frenó el programa atómico iraní. Se inventó Blockchain, la empresa de criptomonedas que volvería prescindibles a los bancos. Ídem con la bomba de pulso electromagnético. El mundo se reorganizaba, Occidente luchaba por mantener su posición; en Oriente, China, Rusia, Japón y Corea se unieron para reinterpretar el mercado.Se introdujo la comunicación por voz con los ordenadores. La inteligencia artificial todavía no se había popularizado mucho. La gente tenía móviles. Se hacía fotos. Tenía cosas que hacer. Sin parar.

Esta es la historia de

Don

Potencial de amenaza: alto

Etnia: tono indistinto de no-blanco

Intereses: grime, kárate, chucherías

Sexualidad: homosexual, presuntamente

Comportamiento social: nulo

Relaciones familiares: 1 hermano, 1 madre, padre (de vez en cuando, pero, por lo general, no)

Empieza en Rochdale. El puto Rochdale. Un lugar que tendrían que disecar y exponer en un museo como emblema de pifia urbanística. Cartela a pie de obra: "Así vive la gente en el nuevo milenio cuando no se ajusta a las condiciones del mercado".

Un receptáculo para los inútiles. Un grupo de desechos no genéticamente modificados.

Bien, Rochdale. Un suburbio de mala muerte cerca de...

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